Huelva

Cruce de denuncias en Urgencias

  • El acompañante de una paciente acusa a vigilantes de seguridad y personal sanitario de agresión Varios trabajadores del Juan Ramón lo llevarán a su vez a juicio

Los hechos violentos que acontecieron el pasado martes en el Servicio de Urgencias del Juan Ramón Jiménez han dado como resultado un cruce de denuncias entre algunos trabajadores que realizan su actividad allí -vigilantes de seguridad y personal sanitario- y uno de los usuarios que se vio afectado por los incidentes.

Si el pasado miércoles, la dirección-gerencia del Complejo Hospitalario de Huelva (CHUH), al que pertenece el Juan Ramón, anunciaba que "los tres trabajadores han interpuesto denuncia por los hechos ocurridos", uno de los usuarios ha hecho un tanto de lo mismo hacia los vigilantes de seguridad y personal sanitario que considera implicados en esos hechos.

J.M.G. puso denuncia, en la Comisaría de la Policía Nacional, el pasado día 11. Es el acompañante y marido de la paciente que en el momento de los hechos estaba siendo atendida en la sala Observación /Sillones dentro del Servicio de Urgencias.

Para J.M.G. se trató de un acto "en defensa propia". El percance, según su denuncia, surge en el momento en que la paciente le pide a la enfermera -o celadora- que le ponga, por vía, la medicación correcta ya que pensaba que no era la que el médico le había prescrito. Ante esto, la sanitaria exclamó: "Al final me la voy a tener que tomar yo para no escucharte". Ese fue el momento cuando el marido/acompañante se acercó al mostrador de enfermeras para quejarse de lo que él consideraba que no eran formas de atender a una paciente. El acompañante pidió una hoja de reclamaciones y la identificación de la sanitaria, negándose ésta a ambas cosas. La discusión fue subiendo de tono, de modo que llegó un vigilante "de forma agresiva y con la mano en la defensa". Acto seguido, el guarda sacó la defensa y justo cuando éste lo iba a agredir, comenzó a defenderse. La paciente, por su parte, se incorporó del sillón para interponerse entre ambos hombres y apaciguar los ánimos, llevándose de todo ello un empujón del agente, que le sacó la vía del brazo dejando un rastro de sangre por el suelo.

Según la denuncia de J.M.G., hasta cuatro vigilantes se personaron en ese lugar de Urgencias hasta que redujeron al acompañante que asegura haberse sentido muy humillado por las formas en que fue tratado y maniatado.

No mucho después llegaron los efectivos de la Policía Nacional, quienes pusieron las esposas a la paciente,trasladándola a la comisaría, donde pasó la noche. P.P.L. es acusada por la Policía de resistencia y desobediencia a los agentes de la autoridad. Ella, por su parte, aduce que no fue tal resistencia, sino la imposibilidad de echar sus brazos hacia atrás, en el momento de ser esposada, lo que pudo haber sido interpretado como resistencia.

Tanto J.M.G. como P.P.L. quieren dejar claro que son personas trabajadoras normales, que nunca han tenido un conflicto con nadie y que llevarán a la Justicia lo que ellos entienden que no fue un trato adecuado el recibido en el Juan Ramón. Uno de los aspectos que ellos han querido subrayar es el hecho de que el hospital dejó que la paciente abandonara el centro sanitario, camino de la comisaría, sin haber recibido el alta médica.

Tanto J.M.G. y P.P.L. esgrimen asimismo, sus correspondientes partes de lesiones así como una hoja de reclamaciones presentada en el hospital.

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