Huelva

Tormenta perfecta de soberanismo

  • La coincidencia con el fusilamiento de Companys jugó a favor de Mas

La comparecencia del presidente en funciones de la Generalitat ante el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) para declarar en calidad de imputado por la consulta del 9-N fue todo un canto al simbolismo.

Más aún al coincidir -no se sabe si casual o retorcidamente, sólo se sospecha- con la conmemoración del aniversario del fusilamiento del Lluís Companys, presidente de la Generalitat republicana fusilado por el régimen franquista tras ser entregado por la Gestapo. Y la efeméride era ayer redonda: 75 años.

Artur Mas primero hizo una ofrenda floral, junto a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y la presidenta del Parlament, Núria de Gispert, ante el monolito dedicado a Companys en el lugar donde fue ejecutado por un pelotón de fusilamiento en el Fossar de Santa Eulàlia del Castillo de Montjuïc en Barcelona.

Posteriormente depositó con sus consellers una corona de flores en la tumba del presidente de la Generalitat republicana.

Con esta carga simbólica y en plena negociación con la CUP para su reelección como president, Mas se dio un baño de masas hasta las puertas del TSJC, ubicado precisamente en la avenida Lluís Companys, arropado por 6.000 manifestantes, según cifras de la Guardia Urbana.

Mas llegó al tribunal flanqueado por sus consellers, unos 400 alcaldes con las varas de mando alzadas y representantes de Junts pel Sí como Oriol Junqueras o Raül Romeva, en una comitiva en la que le seguían, a más distancia, el dirigente de UDC Ramon Espadaler y el diputado electo de CUP Antonio Baños.

Desde la escalera de la entrada al TSJC, el presidente de la Generalitat correspondió a los vítores y gritos de "independencia" con cuatro dedos extendidos, en representación de las cuatro barras de la senyera.

No faltaron los besos del president a su esposa, las lágrimas de la emocionada presidenta del Parlament, la mano en el pecho de Mas para corresponder a a los concetrados a la puertas del TSJC, ni la mirada al frente entonando Els Segadors, el himno catalán.

La diputada del PSC y número dos en la lista del PSOE por Madrid, Meritxell Batet, acusó a Mas de pretender erigirse en "mártir ante la historia", mientras se comporta como un "irresponsable político" ante sus ciudadanos. En declaraciones a La Sexta, Batet apuntó que, durante su comparecencia ante los medios tras declarar como imputado en el TSJC, Mas había dejado ver que se había tomado su comparecencia judicial -de una hora- como "un acto, una escenificación de un acto político".

La secretaria general de Podemos Andalucía, Teresa Rodríguez, afirmó por su parte, en declaraciones a Cuatro, que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, va a convertir a Mas de nuevo en presidente de la Generalitat porque "cuando estaba ahora en horas bajas por sospechas de casos de corrupción a sus espaldas, al final lo va a convertir en un mártir de la democracia".

El presidente de la CEOE, Juan Rosell, señaló a su vez que cuando "las cosas estén más tranquilas en Cataluña, habrá que hablar de política con mayúsculas".

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios