El otoño en Aracena cuenta con una programación muy variada tanto en lo festivo, lúdico como cultural. Por un lado suena a tradición con el cántico de los campanilleros ligado a la celebración del Rosario, cuya actual imagen cumple 77 años. Y por otro lado la celebración de la Feria del Jamón.

La novena en honor a la Virgen del Rosario se está desarrollando en la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción desde las ocho de la tarde. Intervienen Longinos Abengózar, párroco de la localidad; el dominico Antonio Larios; Ángel Manuel Rodríguez de la parroquia de Fuenteheridos, y Gabriel Artemo, párroco de Gibraleón.

Este sábado, con la función solemne y último día de novena, la misa comenzará a las seis y media de la tarde. Tras la misma tendrá lugar la procesión por las calles más céntricas del pueblo con la bella imagen de la Virgen del Rosario, acompañada, por tercer año, por el coro de campanilleros, así como por la Banda Municipal de Música de Aracena. Merece la pena escuchar a los campanilleros fuera de su horario habitual, cada domingo de octubre en el Rosario de la Aurora en la madrugada del domingo, es una oportunidad de hacerlo en un horario más factible, aunque sin el encanto de las mañanitas de campanilleros.

La cofradía del Rosario celebra, con gran tradición histórica y ancestral en Aracena, el Rosario de la Aurora con el rezo del rosario, con la presencia corporativa de la junta de gobierno y el lujo de escuchar al único grupo de campanilleros de Aracena. Tras el mismo, sobre las ocho de la mañana, se celebrará la misa en la parroquia.

Cada domingo es protagonista un barrio y zona del pueblo, ya que antes de las seis y media, que comienza el rosario, sale el coro a cantar. Y el último domingo, que suele ser más concurrido de público, el rosario se dirige hacia la Iglesia Prioral del Castillo, donde se oficiará la misa, para rendir pleitesía a la Virgen del Mayor Dolor, Patrona del municipio.

El miércoles 7 de octubre, efemérides de la Virgen del Rosario, a las ocho de la tarde, en la parroquia se celebra la habitual misa por los hermanos difuntos durante el último año.

Más de una veintena de hombres conforman el grupo de campanilleros, que las madrugadas de los domingos del mes de octubre salen por las calles y barrios de la ciudad. La festividad de la Virgen del Rosario está históricamente ligada a los campanilleros con el rezo del Rosario de la Aurora. La tradición es cantar para despertar a los vecinos para que vayan a misa en la parroquia y al Castillo el último domingo.

Esta devoción se extendió por los frailes dominicos, ya que a mediados del siglo XVI se instalaron en el antiguo Hospital de San Sebastián, actualmente iglesia de Santo Domingo. Durante el siglo XVII destacó la figura de la Madre Trinidad, una de las monjas dominicas del convento de Jesús María y que promovió a los campanilleros como un reclamo para incrementar la devoción al Rosario. Algunas de las letrillas más antiguas se le atribuyen a ella. De ahí que la Cofradía del Rosario acompañe corporativamente al coro durante todo el recorrido hasta la misa del Rosario de la Aurora.