Entre azules, verdes y blancos es el título de la nueva exposición pictórica de Lola Romero, que se inaugurará el próximo 12 de junio en el Museo Daniel Vázquez Díaz, de Nerva, donde se podrá visitar hasta el 19 de julio. La muestra está formada por una selección de obras de distintas temáticas, con claro predominio del paisaje rural de la Sierra de Huelva, donde nació y vive la artista. Sin embargo, hay un espacio reservado a la figura humana, un espacio más intimo y personal dónde fluyen sensibilidades distintas.

Sin definirse en ninguna tendencia artística, se siente más cómoda en la corriente figurativa, pero con introducción de nuevos recursos estéticos que marcan las nuevas tendencias, tales como planos más abiertos, síntesis del color, etc.

Romero reconoce que su lugar de residencia marca y condiciona su obra desde los inicios de su carrera. Hay tres elementos distintivos que definen su trabajo: el color, el dibujo y la composición. En el color (al que hace referencia con el título de esta exposición), hay predomino de blancos, azules, verdes y carmines o naranjas, que rompen y salpican el frío de las fachadas encaladas. El dibujo minucioso enmarca calles, cuestas, tejados y paredes desvencijadas por el paso del tiempo y la humedad del frío invierno; y la composición del cuadro intenta que el espectador se adentre en el paisaje y sea participe de él.

Paralelamente al paisaje van los trabajos sobre la figura humana, siendo ésta un medio de expresión importante para la artista desde sus comienzos pictóricos. Aunque menos conocido, no menos importante, ya que es justamente mediante la figura dónde se expresan sentimientos, vivencias personales o la belleza de lo cotidiano.

La cercanía profesional, familiar y de amistad, que establece desde hace unos años con la Cuenca Minera y concretamente con Nerva, hace que en parte de su obra aparezca el paisaje de la zona, inundando la paleta de colores rojizos, terrosos y grises.