Huelva

Isla Chica: Regreso al futuro

  • En 15 días quedará libre el solar del Estadio Colombino, cuya portada comenzó a derribarse ayer · Un hito agridulce que lleva el símbolo del Decano a las escombreras para dar paso al futuro del barrio

Ahora sí, cíclica es la historia: la cuenta atrás para la transformación de Isla Chica arrancó ayer con el derribo de la portada del Estadio Colombino. Un capítulo agridulce, que deja en las escombreras el símbolo de 50 años de recreativismo, con la ventana abierta al futuro para la populosa barriada. Definitivamente Isla Chica supera la odisea de una década -el precio de las guerras políticas- y mira hacia adelante en el trasiego anónimo de sus calles.

A las 11.00 de la mañana fue el hito del cambio, la hora de la foto apresurada de los vecinos asomados a la Plaza del Estadio. El que naciera como Estadio Municipal en 1957, sucesor del Velódromo se despide como un espejismo, con los 15 días de tregua que tardará el solar en quedar baldío, vallado, esperando las obras del otoño. Entre septiembre y octubre está previsto que comiencen la urbanización para levantar en la zona un centro comercial y de ocio; 36 viviendas; un hotel; un centro de salud; un edificio sociocultural, aparcamientos; y un gran parque con estanque y auditorio para conciertos. "El recuerdo se convertirá en escombros, y de ahí surgirá el futuro", apuntaba ayer el alcalde. En la plaza hacía Rodríguez relectura de la memoria, en su mente las instantáneas de FotoRodri en el Colombino: "Recuerdo perfectamente -contaba- el día en que se inauguró el campo de fútbol [precisamente aquel 6 de septiembre de 1957 estrenó el estadio el Atlhletic de Bilbao, nuevo testigo ahora que juega en el Trofeo Colombino, de un momento simbólico para el club Decano]. El presidente del recreativo, Francisco Mendoza, acompañaba ayer al regidor en este momento crucial, dando cuenta de la paradoja que ayer rezumaba la Plaza del Estadio: "Nostalgia y alegría, ahora mismo -dijo- no puedo sino sentir las dos cosas." La alegría, decimos, por la revitalización que aguarda a la barriada, la necesaria moneda de cambio de la memoria y las tardes de carrusel, pues mucho ha sufrido Isla Chica desde que se apagaran los focos del Colombino (la pérdida de este foco de atracción supuso el cierre de más de 80 comercios cercanos), a lo que se suma que en los últimos años el estadio había devenido en un páramo de inseguridad, vandalismo y suciedad. Así se tejió una suerte de relación amor-odio que rebautizó el Colombino como "el Manuel Lois de Isla Chica".

Todo a expensas de un pacto institucional entre la Junta de Andalucía y el Ayuntamiento, un acuerdo que -con la antesala de la batalla en los tribunales- se selló finalmente en mayo de 2006. Así se acordaron los términos de una reforma dotacional que pondrá en valor las cinco hectáreas comprendidas entre la zona que asoma a Federico Molina y la Plaza Houston. Un año después se inició la demolición del estadio, si bien la portada se dejó en suspenso, al objeto de estudiar la propuesta del Colegio Oficial de Arquitectos de conservar esta fachada para integrarla en el nuevo conjunto dotacional. Descartada esta posibilidad, Urbanismo ordenó el desalojo de los bares que seguían abiertos y tras desbloquear la cuestión de las indemnizaciones, esta recta final del derrumbe quedó pendiente de una autorización judicial.

En el derribo de la portada se emplean dos excavadoras con herramientas especiales como cizalla de corte y cazo de carga. "No se utilizará martillo rompedor -explicaron desde el Consistorio-, para evitar ruidos". Además, y con la ayuda de Aguas de Huelva, durante las dos semanas que durará la demolición se utilizarán mangueras de riego sobre los escombros para minimizar la polvareda. Estas obras incluyen el machacado del escombro, su carga y transporte al vertedero. Antes de que el mes termine el solar quedará "totalmente limpio y cercado con valla igual a la existente", apuntaron.

En agosto deja el Colombino, pues, sus últimos sedimentos tras medio siglo al abrigo de la Huerta Mena. Apenas 15 millones de pesetas costó la construcción del estadio en la época del gobernador civil Francisco Summers Ysern. El Velódromo se estaba cayendo ya "de puro viejo", recuerda en su Historia Menuda el historiador Martínez Macarro y un periodista del diario ABC llegó a decir entonces que "en el campo del Decano, toda incomodidad tiene su asiento, porque es tan viejo como su club". Tras muchas gestiones, el Ayuntamiento -siendo alcalde Rafael Lozano Cuerda-, adquirió cerca de cuatro hectáreas por 69.000 pesetas. Las obras del llamado Estadio Municipal comenzaron en 1955 bajo el proyecto del arquitecto Miguel Rodríguez Cordero (a excepción de la visera, diseñada por Ricardo Anadón Frutos). Estando ya en la alcaldía Antonio Segovia, el 6 de septiembre de 1957, "como si se tratase de un homenaje más que se le ofreciera al club Decano por su ascenso a Segunda División -cuenta el historiador-, Huelva y el Recreativo estrenaron un estadio con 12.462 localidades, el santuario del fútbol que convirtió Isla Chica en el segundo centro de la ciudad. La operación de salvación del Decano supuso el traslado al Nuevo Colombino en la periferia. El 10 de diciembre de 2001 la familia albiazul dio su último adiós al estadio en un Recre-Levante. El saque de honor, del ex alcalde Antonio Segovia. En las pancartas de la afición, la proclama: 1957-2001: "Colombino, tú nos vista nacer. Nadie nos verá morir".

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