Abrió sus puertas en 1964. La Celulosa, que cambió su nombre a Grupo Ence tras su salida a Bolsa en 1990 (se privatizó primero el 49% y en 2001 el 51% restante), estaba en periodo de pruebas cuando el 11 de septiembre de aquel año el consejo de ministros dio luz verde a la instalación de una refinería de petróleo.

El Gobierno de Franco -durante la Alcaldía en la capital de Federico Molina- aprobó por decreto de 30 de junio de 1964 la construcción de un Polo de Promoción Industrial para aprovechar la cercana producción minera posibilitando que ésta se trabajara y quedara en el país. Medio siglo de vida después, el Polo Químico, por excelencia generador de empleo, ha afrontado el cierre de varias empresas, la última de ellas la Celulosa.

El 4 de septiembre la pastera anunció el cierre de sus instalaciones y la "transformación" del complejo industrial en "un centro de generación de energía renovable". La compañía adujo "pérdidas de 48,6 millones" en el primer trimestre de 2014 "como consecuencia de su ineficiencia de costes y falta de madera local, paliada hasta 2013 por las primas a la cogeneración que la reforma energética ha reducido de forma importante".

La desconvocatoria de la huelga indefinida de la plantilla iniciada el 11 de octubre como "gesto de buena voluntad" para abordar el debate del informe presentado por la parte social para argumentar la viabilidad de la planta (propuesta calificada de "poco realista y sin rigor" por la compañía) no tuvo el efecto deseado por la plantilla.

Las concentraciones ante la fábrica, las movilizaciones por las calles de la capital y el respaldo de las administraciones tampoco han logrado impedir el cierre de la planta. La clausura oficial de la fábrica de pasta de papel ubicada en San Juan del Puerto tuvo lugar ayer, día histórico en el que la Celulosa rompió 50 años de relación con Huelva.