El fuego a discreción se inició en cuanto se levantaron de la mesa. A la Junta y al Gobierno central les faltó tiempo para acusarse de favorecer la decisión de la empresa Ence de cerrar la Celulosa en un fuego cruzado que en nada beneficia a los afectados: los 294 trabajadores incluidos en el ERE presentado por la empresa y los cerca de 3.000 empleados que, de forma directa o inducida, están ligados a la pastera.

Lo paradójico del asunto es que el propio comité de empresa alabó el apoyo brindado y la actitud de ambas administraciones durante la reunión mantenida ayer en Sevilla con la empresa, los sindicatos y los propios representantes de los trabajadores. No en vano, la Junta y el Gobierno presentaron una batería de propuestas destinadas a forzar a Ence a buscar una alternativa a la clausura de la planta y a dilatar en el tiempo la negociación, abordando incluso un posible abaratamiento de los costes de la materia prima por parte de la Junta.

Pero de nada sirvió ya que Ence, tal y como manifestó después -vía comunicado-, no recogió el guante, ratificándose en que debe cesar la producción de celulosa de Huelva como consecuencia de "insostenibles pérdidas de 45 millones de euros anuales". Un desfase que la dirección achaca a la "falta estructural de madera competitiva en la provincia" y a la "ineficiencia estructural de costes de la fábrica", compensados hasta el año pasado por las primas a la cogeneración que la reforma eléctrica ha reducido.

Sin embargo, sostiene Ence que, a pesar de esta merma, la generación con biomasa constituye "la única y mejor alternativa por su potencial de creación de empleo -fundamentalmente rural- y la dinamización del sector forestal onubense, que aportará ingresos para las administraciones locales, activará la actividad de transporte y de servicios forestales, a la vez que supondrá una importante mejora del medio ambiente".

La apuesta de la compañía por la generación con biomasa permitirá, según ha reiterado en diversas ocasiones, "un fuerte aumento de la compra de biomasa en la provincia, hasta 900.000 toneladas al año, gracias a que se utiliza el 100% del árbol en la producción de electricidad frente a sólo el 25% en celulosa". El comité de empresa ya criticó estos datos aportados por la empresa, advirtiendo de que con el cierre de la Celulosa se dejarán de suministrar 480.000 toneladas de madera en rollo de la provincia, mientras que las 500.000 toneladas que se usan para biomasa en la actualidad -y que a su juicio no se verán incrementadas- se pagarán a "un precio inferior".

Pero la compañía dejó claro, lejos de cualquier intento de negociar alternativas, que su postura inicial se mantiene inamovible y que, además, se ceñirá al proceso de negociación con los representantes de los trabajadores en la mesa de negociación abierta el pasado día 19 de septiembre, puesto que estima que es exclusivamente en dicha mesa "donde se tienen que decidir las condiciones para el cese de la fabricación de celulosa".

La compañía recordó que se compromete a recolocar al "100% de los trabajadores en otros centros", al tiempo que ofreció a quien lo solicite un plan de recolocación externo más una indemnización.

La misma firmeza que mostró ayer la compañía será la que se aplique, según advirtió el presidente del comité de empresa, Juan Manuel Belda, a las movilizaciones previstas. La próxima será el lunes, cuando tendrá lugar una manifestación que partirá a las 19:00 de las carpas de la Avenida de Andalucía y finalizará en la Plaza de las Monjas.

"Intentaremos darle un giro de 180 grados a esta situación porque, viendo la respuesta por parte de la empresa, no se merece otra cosa que el que le devolvamos la misma contundencia", manifestó Belda, quien anunció que hoy tendrá lugar una asamblea a las 12:00 en la que se estudiará el calendario de protestas.

La mesa de negociación entre la empresa y el comité proseguirá el miércoles, jueves y viernes próximos y, como lectura positiva, el comité destacó que en el día de ayer las administraciones pudieron, al menos, comprobar "la actitud de prepotencia por parte de la empresa" que los trabajadores vienen denunciando desde que se anunció el ERE.