Los drones, el nuevo aliado contra el fuego
Las aeronaves no tripuladas irrumpen como herramienta en las labores nocturnas La Junta espera a que la legislación definitiva entre en vigor para incorporarlas al Infoca
Domingo 27 de julio de 2014. Cae la noche sobre Mina Concepción, pedanía de Almonaster la Real, en cuyas inmediaciones habita el infierno. El paraje del Puente de los cinco ojos supura fuego de sus entrañas. Aprovechando los últimos rayos de sol, técnicos del Infoca y de la Brigada de Investigación de Incendios Forestales se multiplican en las labores de extinción de un devastador incendio sobre cuyo núcleo las aeronaves han de dejar de sobrevolar conforme empeoran las condiciones de visibilidad, invadidas por la oscuridad. Se hace el silencio.
Los focos aún activos brillan intermitente en la oscuridad sobre las lomas del monte cuando, desde la privilegiada posición del Puesto Avanzado de Mando, el zumbido de un motor rasga la quietud entre tinieblas. Es el turno de los drones. Un modelo de aeronave no tripulada, proscritas para uso civil y aletargadas hasta hace muy poco por una situación de vacío legal, se prepara para relevar en las labores de control y seguimiento al ingente despliegue de helicópteros y aviones, con los que no pueden compartir el espacio aéreo en vuelos diurnos por motivos de seguridad ante el riesgo de interferencias.
Como si de un juguete teledirigido se tratase y ante el asombro de los presentes, un joven equipo de técnicos de la empresa cordobesa Azor SL hace despegar de forma remota desde el Puesto Avanzado de Mando un multicóptero provisto de una cámara que rápidamente va ganando altura y velocidad ofreciendo una panorámica inédita y un prolífico elenco de posibilidades. Un vuelo pionero que, parafraseando a Neil Armstrong nada más poner pie en la Luna en 1969, puede parecer un pequeño paso tal vez para el ser humano pero, sin duda, un gran salto para la preservación de la naturaleza ya que pasará a la historia como el primero de un drone utilizado sobre campo de acción real en la lucha contraincendios en Andalucía.
"Consistió básicamente en una prueba de los equipos de comunicaciones ya que había equipos aislados de retenes a 2,5 kilómetros y sobre la zona de actuación mandamos la aeronave para localizar a los equipos y ver si se transmitía con la frecuencia deseada. Salió todo muy bien y es un gran avance ya que se constató que a partir de ahora los retenes ya no trabajarán a ciegas de noche", relata Jesús Fernández, socio fundador de Azor S.L, que destaca entre sus principales virtudes su capacidad para el intercambio automático de datos con el puesto base sin ningún tipo de intervención humana (M2M).
"El drone está provisto de una cámara termográfica, infrarroja, que capta imágenes y las envía al puesto base en tiempo real, lo que nos permite, por ejemplo, ver desde otro espectro dónde se inicia el fuego, qué focos activos tiene, etc, para poder perimetrarlo y marcar los puntos de actuación" explica Jesús Fernández.
Han llegado para quedarse. Estigmatizados por el debate ético derivado de su uso en intervenciones militares, acciones bélicas y labores de espionaje, los drones se han ido popularizando y extendiendo sin control en la sociedad, lo que ha obligado al Gobierno a apresurarse a regular su uso mediante el establecimiento de unos requisitos mínimos.
Así lo recoge en el marco regulatorio temporal que el Consejo de Ministros aprobó el 4 de julio para las operaciones con drones, que reglará de forma provisional hasta que entre en vigor la legislación definitiva para tratar de rentabilizar, además, el potencial y desarrollo económicos de un nuevo filón del sector aeronáutico que, condicionado por el limbo legal, aún no ha explotado.
Los aviones no tripulados han abandonado el imaginario de la ciencia ficción para aterrizar en la realidad y abrir un nuevo horizonte no sólo en la región sino en España, donde varias comunidades autónomas aguardan impacientes a que se defina la norma reguladora temporal del Gobierno para su uso civil y eclosione el mercado para incorporarlos a sus servicios contraincendios.
No es para menos teniendo en cuenta que cada año se producen en España alrededor de 20.000 incendios que arrasan una media de 150.000 hectáreas, lo que se traduce en unas pérdidas aproximadas de 1.800 millones de euros. Un gasto altamente inflamable en las arcas de la administraciones sobre todo en los tiempos que corren, a cuya reducción puede contribuir notablemente el uso de drones, cuyo coste económico se calcula que puede llegar a ser hasta cuatro veces inferior frente a los sistemas tradicionales, además de reducir el riesgo para la vida de los pilotos que actualmente gobiernan helicópteros, aviones y avionetas.
No en vano, la experiencia piloto ha sido tan positiva, que fue la propia consejera de Medio Ambiente y Ordenación de la Junta, María Jesús Serrano, quien anunció in situ en el Puesto de Mando Avanzado la firme intención de la administración andaluza de incorporar un equipo de aeronaves no tripuladas a algunas de las bases operativas que el Plan Infoca, el dispositivo de prevención y extinción de incendios forestales en Andalucía, tiene repartidas estratégicamente por la comunidad.
"Aunque la normativa temporal ya se ha aprobado, desde Andalucía así como desde otras comunidades autónomas, estamos a la espera de que el marco regulatorio esté más definido, que se concreten algunos aspectos como el tema de la seguridad y responsabilidad jurídicas, así como de un perfeccionamiento de los propios aparatos", aseguran fuentes del Infoca, que admiten que, una vez ambos aspectos estén más claramente delimitados y recogidos en la legislación definitiva, no habrá de tardar mucho el día en que el uso de drones al servicio de las administraciones pase a incorporarse como un instrumento homologado más de la lucha contra incendios mediante licitación y concurso público.
"Los drones son una nueva herramienta que no va a sustituir a las aeronaves tripuladas pero a la que se le puede sacar un gran partido por su utilidad de noche o en condiciones de poca visibilidad ya que es cuando no podemos utilizar aviones y helicópteros", sostienen desde el Infoca, que, antes de practicar por primera vez con fuego real en el incendio de Mina Concepción, ya viene participando desde el pasado año en varios ensayos y vuelos experimentales con otra empresa del sector.
Ya hay ojos en la oscuridad. Los escuadrones remotos se preparan para iluminar las tinieblas.
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