Con gran consternación se ha acogido la noticia del fallecimiento de Lorenzo Romero Márquez, onubense que contaba con la más alta estima tanto en su faceta laboral como en la personal. Aún hoy se le recuerda en la Jefatura de la Policía Local con cariño, tras su paso como sargento durante muchos años y haber pasado a una merecida jubilación.

A lo largo de su vida se había hecho acreedor de la fidelidad de esa legión de amigos que le han hecho llegar su aprecio tanto en sus últimos días como en la misa ofrecida por su alma, a la que de forma masiva acudió gente de toda la sociedad onubense: del flamenco, de la Semana Santa, del Recreativo, de la empresa, de la Hermandad del Rocío, etc. Lorenzo no ha podido ver el cariño que se le tenía en Huelva, pero seguro que hasta las alturas le va a llegar el eco y lo va a disfrutar, de esa calidez y del sincero afecto de los que le conocieron. A él le habría gustado.

Y qué decir de su familia más cercana, de su esposa Carmen y de sus cinco hijos: Pilar, Carmina, Lorenzo, Juan Carlos y Alejandra. Nos han dejado sobrecogidos con su gran actitud ante lo sucedido y con la entrega con que se habían volcado, esperando hasta el último momento una posible recuperación de su ser querido que al final no ha sido posible. Podéis sentiros satisfechos, puesto que vuestro comportamiento ha sido ejemplar. Vuestro esposo y padre se ha ido rodeado de todas las personas a las que quería con devoción.

En cuanto a mí, me gustaría decirle a mi querido hermano mayor, Lorenzo, que me va a ser difícil no llevarle los recortes de flamenco del periódico en los que se hablaba tanto de su hijo como de todo lo concerniente a ese mundillo y mis artículos, siempre acogidos con cariño y que tanto le gustaba leer. Cuántos recuerdos de momentos vividos desde que llegamos a Huelva, siendo unos niños, desde nuestra Zarza natal, en especial en la Callejilla del Molino y en Isaac Peral, viviendo siempre en buena convivencia, y aquellos ratitos que echábamos primero con tu guitarra, luego con la de tu hijo Juan Carlos, así como en compañía de El Tomate y del genial Niño Miguel, también fallecido, y otras tantas figuras del flamenco que pasaron por tu casa.

Sólo me resta reflejar el agradecimiento de la familia por la masiva asistencia a las honras fúnebres por nuestro querido Lorenzo.

Descanse en paz.