Los vecinos del Polígono reclaman la reapertura de las instalaciones
Critican el incumplimiento de la Diputación y lamentan los perjuicios del cierre
Dos años hace -se cumplirán en septiembre- que cerró sus puertas al público el polideportivo Las Américas, que daba servicio a unos 20.000 ciudadanos de la capital desde los años 80. Entonces se clausuraron en principio de forma temporal, con la intención por parte de la administración responsable de la instalación, la Diputación Provincial de Huelva, de someterla a trabajos de reforma.
Efectivamente, algunos usuarios señalan los numerosos desperfectos que presentaban las instalaciones, sobre todo las pistas deportivas que "se levantaban", pero la reforma nunca se hizo efectiva.
La piscina, que ahora con los calores de otro verano de crisis, contemplan los vecinos con añoranza, cerró mucho antes que el resto del conjunto y según informan desde la Diputación de Huelva, no se volverá a abrir.
En las instalaciones trabajaban en el momento del cierre 12 personas (que fueron reubicadas) y hacían deporte unos 1.300 abonados, además de los nueve clubes y los 300 niños de las escuelas deportivas que realizaban en ellas sus entrenamientos.
En julio de 2012, la Diputación comunicó la cesión de Las Américas a la Federación Andaluza de Gimnasia Rítmica por 35 años. El edificio se convertiría en un centro de alto rendimiento y la operación supondría un ahorro de 326.000 para la entidad supramunicipal, que además recibiría de 10.000 euros anuales. Eso sí, la Diputación tendría que asumir la inversión de 400.000 euros necesaria para adaptar el edificio a la actividad de las gimnastas.
Pero nada de aquello llegó a realizarse, según la Diputación, porque la federación no encontró los medios que propiciasen la viabilidad del proyecto.
Así las cosas, los vecinos y comerciantes de la zona miran con desconfianza los nuevos anuncios que puedan producirse desde la institución y lamentan los perjuicios que el cierre ha ocasionado a los usuarios y a los negocios.
Juan Manuel López, de Carnicería Juanma, asegura que de los cinco bares que existían en la zona sólo han sobrevivido dos. Uno de ellos es el Dos Marías, cuyo propietario, Carmelo Alonso, confirma que "desde que cerraron se ha notado mucha menos afluencia". "Ahora esto está desierto, pero antes se notaba mucho en verano la afluencia a la piscina y por las mañanas las personas que venían a las actividades de mantenimiento venían después a desayunar o a tomar algo". El camarero de este bar, Jesús Rodríguez, critica que "lo cerraron con falsas promesas. Dijeron que iban a hacer una serie de cosas que luego no se cumplieron", algo con lo que coincide Juan Manuel López, que afirma que "nos vendieron la moto de un centro de alto rendimiento y no se ha hecho nada". Alejandra Anarte, vecina del barrio y antigua usuaria del polideportivo echa de menos el trasiego de críos y padres. "Esto daba gloria verlo y usarlo, pero ahora todo está abandonado y hay ratas como gatos", lamenta.
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