El centro acoge el rosario a la Cinta

El acto piadoso se incluyó en el traslado de la Patrona desde La Concepción hasta La Merced El rezo de cinco misterios se desarrolló en varios templos

La Patrona de Huelva ante la Esperanza en la capilla de ésta.
La Patrona de Huelva ante la Esperanza en la capilla de ésta.
Enrique Morán Huelva

26 de junio 2014 - 01:00

El programa de actos del Cincuentenario del Patronazgo de la Virgen de la Cinta vivió ayer uno de sus momentos álgidos. La Virgen Chiquita se encuentra en la ciudad desde hace ya más de diez días y ayer fue trasladada hasta la catedral de La Merced. Fue sin embargo un traslado especial en el que la Hermandad de la Cinta puso todo el cariño para que la Patrona de los onubenses pudiera recorrer el centro de la capital y protagonizara un rosario que contó con el rezo de cinco misterios. Los temores que suscitó la aparición de la lluvia el pasado martes fueron sustituidos por la certeza de una tarde brillante en la que el recorrido que cubriría la comitiva estaba adornado con guirnaldas y banderas celestes y vaticanas. A todo ello hubo que añadir la aportación de algunos vecinos que tuvieron a bien engalanar sus balcones y terrazas para darle la bienvenida.

Pasadas un poco las 19:00, la puerta de la Iglesia de la Concepción, que ha sido el hogar de La Cinta durante estos días, se abrieron para dar paso al cortejo. La comitiva la abrían los lanceros de la Banda de la Salud seguidos por la cruz del santuario cintero y representaciones de hermandades de gloria y penitencia, y todo ello bajo los sonos de la Salve de los marineros. Tras ellas, el guión de la Hermandad de la Cinta con su equipo de gobierno, así como el pregonero del Cincuentenario, Rafael García Wakelín; el delegado municipal de Cultura, Manuel Remesal, y el presidente del Consejo de Hermandades y Cofradías, Antonio González. Cerrando la comitiva, el Coro de Campanilleros, que es la sintonía perpetua de la Virgen Chiquita y que la acompañó con su repertorio habitual hasta que la imagen alcanzó nuevamente La Concepción, antes de seguir hasta La Merced.

Nada más salir el paso a la calle Concepción, que era dirigido por José Ramón Romero como capataz, fue recibido por una petalada que presagiaba otros momentos de belleza y devoción que le esperaban a la Patrona en su discurrir por el centro. La configuración de este rosario extraordinario, primera parte del traslado a la Catedral de La Merced, lo que tuvo lugar ya por la noche, incluía el rezo de cinco misterios gloriosos en las paradas que la comitiva tenía por delante en su recorrido.

El primero de ellos fue Santa María Madre de Gracia. Allí, las religiosas dirigieron el primero de los misterios gozosos a lo que siguió un cántico y la entrega de un ramo de flores ante la presencia de una delegación de la Buena Muerte. Tras abandonar el templo, a la comitiva le surgió un problema. El itinerario oficial señalaba que, tras abandonar la Plaza de las Monjas, la Virgen Chiquita tomaría por la Gran Vía para alcanzar la Plaza de la Constitución. Para alcanzar su objetivo se encontraron con que en ese tramo de la Gran Vía se estaba celebrando una concentración de sindicatos y trabajadores de los hospitales Juan Ramón Jiménez e Infanta Elena. Ante la situación, los responsables de la hermandad de la Cinta optaron por desviarse tomando Vázquez López y de ahí pasar por Palacio y subir hasta la Plaza de la Constitución, con lo que quedaba asegurado el tono de recogimiento que tenía el rosario.

El segundo lugar escogido por los cinteros fue las Hermanas de la Cruz, lugar estratégico en el mundo católico onubense. Al llegar a la Plaza Niña, las religiosas aguardaban a la comitiva. Para ensalzar la importancia de esta visita, la fachada del convento estaba engalanada y las monjas protagonizaron los rezos que allí se efectuaron. No hubo que esperar mucho para que los allí presentes rezaran el tercer misterio ya que éste se realizó ante la capilla de Nuestra Señora de la Esperanza. También en este caso, la fachada se encontraba muy engalanada para recibir con todos los honores a la Patrona de Huelva y a la de las hermandades de penitencia.

Cuando el bello templete de la Cinta alcanzó la puerta de la capilla, la Hermandad de la Esperanza le ofreció una larga petalada que subió la temperatura emocional de todos los asistentes. Nuestra Señora de la Cinta mantenía su recorrido por las estrechas calles del centro. Tras la Esperanza buscaba La Milagrosa, donde se rezó el cuarto misterio. Sin embargo, la Patrona tuvo a bien pararse en la contigua capilla de la Misericordia y hacerle una visita ya que el paso entró en el templo donde se cantó una Salve.

La noche comenzó a caer cuando la comitiva se dirigió hacia la Capilla del Calvario, enclave donde se rezó el quinto y último misterio. De ahí, el cortejo alcanzó de nuevo La Concepción, donde tuvieron lugar las letanías. Con ello, este rosario extraordinario había concluido, pero no el traslado. El acompañamiento musical de los campanilleros fue sustituido por el de la Banda de la Salud, que fue con la Virgen Chiquita hasta la catedral. Allí estará protagonizando el triduo que comienza hoy. Para el domingo, la Patrona de Huelva será trasladada a su santuario.

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