balance | memoria 2013 de la organización católica

Cáritas atiende a 31.295 personas en la provincia, un 28% más que en 2012

  • La organización alerta de la feminización de la pobreza y el repunte de la prostitución Cuatro de cada diez asistidos son inmigrantes, una proporción que cae por el endurecimiento de las leyes

Los más pobres entre los pobres tienen rostro de mujer. Cáritas alertó ayer de que, como consecuencia de la cronicidad de la crisis económica, la pobreza se está feminizando y la prostitución registra en la provincia un significativo aumento. "Huelva es un prostíbulo desde Ayamonte a Matalascañas, de norte a sur y de este a oeste. Nosotros trabajamos con otras organizaciones, pero nos hace falta ayuda porque hay muchísimo detrás de este fenómeno", señaló Julio González Ceballos, director provincial de la organización católica.

El aumento de la prostitución de mujeres traídas o no por las mafias, así como de meretrices locales que salieron de la prostitución y han vuelto a ella debido la crisis, es un fenómeno constatable para Cáritas y que está en la línea del incremento que experimenta el resto de provincias andaluzas, si bien la organización no dispone de datos concretos.

Lo que sí se desprende de una cifra exacta -Cáritas atendió en 2013 a 31.295 personas en situación de pobreza y exclusión, dato que supone un 28% más que el ejercicio anterior- es que la recuperación macroeconómica de España "no permea a las clases más desfavorecidas", sino todo lo contrario, ya que los pobres de 2008 lo son aún más en las actualidad.

Según precisó González, del total de asistidos en 2013, casi el 50% (14.020) fueron mujeres, un dato significativo respecto a 2012, cuando este colectivo sumó el 33% (8.094 mujeres de un total de 24.357). "Las mujeres son las que muchas veces sostienen los hogares, las que tienen menos corte para ir a Cáritas a pedir. Estamos hablando de una situación de vulnerabilidad y de vulneración de derechos: si eres mujer y estás en exclusión, estás todavía más excluida", valoró el director de Cáritas.

Otro fenómeno importante sobre el que la organización hizo hincapié es que, aunque la inmigración sigue muy presente en las casas de acogida, esta ha dejado de crecer de forma significativa (la organización atendió en 2013 a 7.265 inmigrantes), una tendencia que va en la línea del resto del territorio español y que González achacó al endurecimiento de las leyes, a la tardanza y el encarecimiento del mínimo papeleo, que "cuesta 600 euros", lo que conlleva que personas en situación de exclusión no puedan regularizar su situación por falta de medios.

La memoria de 2013 de Cáritas precisa que, respecto a los colectivos atendidos, en acogida y asistencia hubo 21.349 beneficiarios y 50.649 atenciones; en familia, 3.329 beneficiarios y 12.060 atenciones; en empleo y economía social, 905 familias y 1.810 atenciones; en infancia y juventud, 14 beneficiarios y 1.200 atenciones; en mujeres, 144 y 5.264 atenciones; en transeúntes y sin techo, 1.528 personas y 18.735 atenciones; en inmigrantes, 3.347 y 17.781 atenciones, en reclusos 33 beneficiarios y 65 atenciones, en drogodependencias dos y ocho atenciones y en mayores 644 y 2.956 atenciones. En cuanto a las personas atendidas por proyectos y atenciones realizadas, la mayor parte de las asistencias (63%) se realizaron en los espacios parroquiales, mientras que los centros que atendieron exclusión sumaron el 31% de las atenciones.

La memoria del pasado año también refleja la cronicidad de la pobreza: casi un tercio de las personas acompañadas en Cáritas lleva tres o más años recibiendo ayuda y, tal y como ya apuntó la EPA, el 48% de todas las personas desempleadas lleva buscando empleo más de dos años.

El perfil de las personas atendidas en Cáritas son, según señaló su director, parejas con hijos (45,8%), familias monoparentales (18,3) y personas solas (24,4%). González Ceballos destacó que si se suman los dos primeros colectivos, "son familias enteras en exclusión, con toda la problemática que eso conlleva para la infancia y la juventud, que no encuentra salida".

Cuatro de cada diez personas atendidas son inmigrantes, aunque la proporción desciende. Un 18% de los ciudadanos extra comunitarios asistidos en Cáritas está en situación irregular (generalmente sobrevenida). En situación de paro hay un 76,6% y la media de ingresos personales es de 4.200 euros al año.

En todo caso, detrás de cada dato hay muchas personas que atraviesan por dificultades y muchos voluntarios que aportan lo mejor de sí para ayudarles. Precisamente el voluntariado, "la fuerza real que tenemos en Cáritas", se ha renovado y revitalizado hasta sumar un total de 956 voluntarios y 39 técnicos contratados.

Todos ellos conforman un capital humano del que las tres cuartas partes son mujeres. Según precisó Julio González, la mayor parte del voluntariado se sitúa en los espacios parroquiales de acogida (hay más de 70 parroquias que, según señaló, "son un verdadero ejército de personas que trabajan desde el corazón y desde las manos de la iglesia") y el resto participa en los centros y programas.

Respecto a la capacidad de los centros, Cáritas está desbordada. La casa para enfermos Santa María de los Milagros está al 96% de su capacidad: hay cinco personas que o bien estaban en la calle o no disponen de red familiar de ayuda, mientras que la casa para reclusos y personas en la calle está al 97%, al pasar a dar axilo de 8 a 15 personas. "A tope" también están los pisos de acogida de tercer nivel, por lo que Cáritas se esfuerza para optimizar sus recursos. Además, en septiembre abrirá un piso para familiares de enfermos que vienen de la provincia y que no tienen donde dormir o darse una ducha. Esta vivienda contará con cuatro habitaciones.

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