nuevo higueral 3 Más allá de Isla Chica

El compromiso de un barrio

  • El carácter reivindicativo de los vecinos fue determinante en la urbanización y desarrollo de la antigua finca de higueras Ahora tratan de recuperar la implicación entre más demandas

Conciencia social, solidaria y reivindicativa. Ingredientes básicos en el vecindario original de la barriada de Nuevo Higueral que pusieron la base de su desarrollo. Pocas zonas hay en Huelva donde esté tan arraigado este carácter entre su población. El marchamo le viene de sus primeros vecinos, de clase obrera, alentados desde la parroquia por otro elemento clave, el padre Francisco Girón, o desde la asociación por activistas como María Mejías, "otro gran referente para la barriada". De todo ello emanaron reivindicaciones varias que sumaron importantes logros en el haber del vecindario. La situación ha cambiado, pero aún flota en las calles el mismo espíritu, para que el movimiento vecinal vuelva a ser el que fue, con el apoyo de todos y por el bien general.

La necesidad hizo mucho en los primeros tiempos. En aquellos terrenos a la salida de Huelva había una leprosería, posteriormente abandonada a primeros del siglo XX, y ocupada por la necesidad de vivienda de onubenses de la época. También entonces. Y ese antiguo higuera, en pleno campo, con vaquerizas y terrenos de cultivo, se fue poblando poco a poco por una suerte de colonos de los que aún quedan vestigios en algunas calles. Aunque no fue hasta los años 60, como en tantos otros barrios capitalinos, tras la implantación de las industrias, cuando comenzó a configurarse Nuevo Higueral, con viviendas de la conocida cooperativa Fuentepiña. Las promociones acabaron progresivamente con las chabolas, e incluso con los acuíferos de El Saladillo, que aún en los años 80 daban la cara con inundaciones.

En el vecindario, "gente llegada de la Cuenca Minera, del Andévalo, de la calle San Sebastián, del Brasil grande y chico, de las chabolas de La Noria...". Una población variada, pero "con mucha conciencia obrera para luchar por la dignidad del barrio, porque entonces las calles no estaban asfaltadas, no había semáforos, ni suministro eléctrico ni canalizaciones de agua. Faltaban muchos servicios básicos y todos empezaron a echarse a la calle", cuenta Mónica Rossi, presidenta actual de la asociación de vecinos del barrio.

Y habla acompañada por parte de la directiva, con responsabilidad compartida, porque allí no se entiende de protagonismos individuales: "Todos recordamos en el barrio cuando hasta de niños fuimos a actos reivindicativos, a reclamar el asfaltado de calles o la instalación de un semáforo. Antes la asociación era ilegal y había reuniones clandestinas, hasta que en noviembre de 1976 se pudo constituir legalmente".

Pero después, explica, siguieron luchas vecinales intensas, por el centro de salud, "en campañas de casa por casa para informar sobre su idoneidad en vez de un consultorio", o por el centro social Lazareto, motivo de orgullo local.

"Nunca nos han regalado nada", dejan claro. "Nadie, ningún Ayuntamiento, fuera el que fuera. Ninguna institución". Lo dicen satisfechos, pero conocedores también de que tienen mucho camino por delante para seguir peleando por más mejoras: "Estamos volviendo a la situación del inicio".

Las necesidades actuales las fijan en el "abandono general" de las calles. Hace años, aseguran, que no se invierte en Nuevo Higueral, "sólo en la calle Costa Rica, por el segundo Plan E". Antes que eso, hace ya una década, la remodelación de la calle Honduras, "por el campeonato de atletismo".

Agradecen los esfuerzos de Felipe Arias, concejal de Infraestructuras, pero insisten en que hay mucho por hacer, también por el parque Antonio Machado, que ha revivido la creación de plataformas reivindicativas en la zona, y por los solares abandonados, por los edificios sin uso, por la suciedad.

"El individualismo que impera en los últimos tiempos también se deja notar en el barrio. Hace falta más participación. Ahora hay movimiento con jóvenes que han creado nuevas asociaciones para dinamizar el vecindario", apunta Rossi, cuya directiva ha promovido también cursos propios, al margen del programa municipal, para incentivar la implicación de todos.

"Pero una de nuestras mayores prioridades ahora es la gente porque hay mucha necesidad por la crisis", apunta con pesar. Para ello van a trabajar con el Banco de Alimentos, y ya han realizado verbenas y recolectas de alimentos. Porque la solidaridad que tienen de origen es su principal arma.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios