Huelva

Un niño se queda a puertas del quirófano tras la advertencia de peligro del sanitario

  • El anestesista comunca a los padres del pequeño que el Hospital JRJ "no tiene los medios necesarios" para realizar la operación

Javier, un niño de 4 años que padece una rara enfermedad denominada Síndrome de Hunter, ha estado a punto de ser intervenido de vegetaciones adenoides en el Juan Ramón Jiménez cuando el centro hospitalario carecer de profesionales con experiencia para abordar determinados procesos patológicos de muy alta complejidad como es este caso.

Según la familia del pequeño, en el pasillo de acceso al quirófano, mientras terminaban los preparativos para la intervención, la anestesista informó a los padres del riesgo que entrañaba la operación. Ésta les comunicó que dadas las características del pequeño y su enfermedad se podían dar situaciones que pueden desencadenar en la muerte del niño.

Según los padres, la anestesista les indicó que "el hospital carece de los medios necesarios" para que en casos especiales como éste pudiesen enfrentarse a dichas eventualidades, por tratarse de un hospital de "segunda referencia y que el niño debe ser intervenido en uno de primera referencia con especialidad pediátrica para tener previstos los posibles incidentes durante la cirugía".

A la pregunta de la anestesista a los padres sobre si querían "entonces operar al niño" éstos contestaron que no y tras unas indicaciones del otorrino se marcharon "temblorosos hacia la planta de pediatría". A continuación solicitaron una cita con el director médico del hospital para aclarar lo sucedido y entre tanto recibieron la visita de la jefa de Anestesia, quien les dijo que el hospital sí dispone de esos medios y que todo se debe a una diferencia de criterio médico.

Los padres agradecen el gesto de la anestesista a pie mismo de quirófano, ya que "tras varias visitas a las consultas de anestesias, nadie nos había informado de las posibles dificultades en torno a la intervención y especificas de la idiosincrasia de nuestro hijo". Aseguran que al margen de que estén dotados técnicamente o no, esta "sesión de pasillo" no debiera haberse producido, si todos y cada uno de los implicados lo hubieran planteado en las supuestas sesiones clínicas, donde esas diferencias de criterios clínicos si tienen cabida. "Nadie podrá quitarnos el sentimiento de inseguridad y alarma que nos han creado", concluyen.

Según fuentes del hospital la suspensión de una intervención quirúrgica por criterios clínicos (exclusivamente sanitarios) es, precisamente, un ejemplo de las garantías que ofrece el sistema de seguridad del paciente en el ámbito quirúrgico, ya que dichas actuaciones tienen que ser autorizadas por diferentes profesionales, entre ellos el anestesista, tanto días antes como el mismo día de la intervención, aumentando así la seguridad con la que se afronta la intervención y las posibilidades de éxito de la misma. En el caso de un paciente con una enfermedad excepcionalmente rara, la revisión continua del caso y de los condicionantes del paciente debe ser aún mayor y mantenerse en todo momento, respetando siempre la decisión tomada por cada uno de los profesionales, que son los especialistas en su ámbito.

Añaden que los hospitales no son de primera referencia o de segunda referencia en general, sino que, ante determinados procesos de muy alta complejidad o que requieren de un alto grado de experiencia en esa patología concreta, resulta más adecuado derivar a otros centros hospitalarios de referencia regional cuyos equipos tienen una mayor experiencia en ese tipo de actuaciones (ten en cuenta que ciertos síndromes como el del caso que refieres apenas afectan a dos o tres niños en Huelva), ya que centralizan la atención de ese proceso en todos los casos procedentes de gran parte de Andalucía, ofreciendo mayor seguridad. Las mismas fuentes garantizaron que el niño será operado, aunque no precisaron en qué hospital.

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