Huelva

El castillete de la calle Marina

  • El antiguo edificio de La Vasco Navarra, obra del arquitecto José María Pérez Carasa, va a ser rehabilitado después de cerca de una década sin uso alguno

Ahí está enhiesto, después de muchos avatares marcando un hito en este entorno de la ciudad, en este cruces de calles que a lo largo de la vida de la ciudad ha tenido gran importancia. El antiguo edificio de La Vasco Navarra o de Octavio Cersola, que fue quien lo mandó a construir como casa de rentas en 1930, juega aun en esta calle Marina, en el número uno, a ser testigo de la ciudad incluso con la competencia que tiene en esta misma acera, pero ya en la plaza Doce de Octubre con el 'rascacielos de Huelva', que con su veintena de planta es punto obligado del paisaje contemporáneo onubense.

Después de un futuro incierto, tras la restauración del edificio de La Vasco Navarra en 1997, según proyecto del arquitecto Antonio Quintero de Campos, y tras mucho tiempo en el que parecía que algún día se desmoronaría como otros edificios de la ciudad que pasaron a mejor vida, ahora hay presentado en la Gerencia Municipal de Urbanismo un proyecto de rehabilitación que pretende recuperar este edificio diseñado por uno de los más interesantes arquitectos del panorama onubense, José María Pérez Carasa. Se trata de un bello y complejo edificio en chaflán de cuatro plantas y castillete de coronación. En la composición de la fachada Pérez Carasa hace uso de elementos de inspiración modernistas. En algunos estudios de arquitectura local se deja constancia que ninguno de los edificios de esta época evidencia con tanta claridad la confusión cultural en la que estaban sumergidos los profesionales onubenses y, muy particularmente, Pérez Carasa. Se trata de una facha que recuerda composiciones de pabellones a lo 'Segundo imperio', expresadas en un lenguaje clásico sui generis, en el que no faltan resabios modernistas.

En la actualidad está incluido dentro del catálogo de edificios protegidos en el Plan General de Ordenación Urbana en la categoría P.2, especificando la protección de su fachada, que debe conservarse lo mismo que la primera crujía del edificio, de esta forma el proyecto de restauración deberá contemplar la conservación del muro de fachada y la primera línea de carga.

El proyecto de rehabilitación del edificio contempla el cambio de uso de oficinas a residencial y está en estos momentos pendiente de la concesión de licencia de obras por parte de la Gerencia de Urbanismo.

Mientras, el edificio sigue coronando esta vieja encrucijada de calles que ha visto cambiar su espacio, en ese eje de la calle Carmen y la avenida de Portugal, entre el mercado del Carmen y la vieja estación de autobuses y del desaparecido tren de Zafra. Una calle que se rehabilita por la Gerencia Municipal de Urbanismo dentro del plan de peatonalización del centro de la ciudad, para unirse con la nueva plaza peatonal en Doce de Octubre. El edificio de Octavio Cersola es desafortunadamente la única muestra arquitectónica de este entorno, con la única salvedad del edificio de Arte 2, aunque este tuvo que rehacer su fachada.

La calle Marina, la antigua del almirante Hernández Pinzón, ha tenido siempre ese aire cercano a la brisa de la Ría de Huelva, es parte de aquel trazado de La Calzada que conducía a la ciudad hasta el Arco de la Estrella, con su antiguo baluarte a donde llegaban los barcos y se descargaba la pesca diaria a aquella lota que había en esta misma calle.

Pero desde la calle Marina el castillete del edificio de La Vasco Navarra viene a continuar este trazado marinero desde la Ría de Huelva hasta La Placeta, con aquel otro punto de referencia en la ciudad como era el antiguo edificio Plus Ultra, hoy sede de la Gerencia Municipal de Urbanismo.

Un entorno este siempre movido por la efervescencia comercial como se puede apreciar en la fotografía a pie de página, en la que fuera calle Sagasta, hoy de Jesús Nazareno. El castillete de la calle Marina, 1 viene de alguna forma a coronar toda esta perspectiva y es un edificio que marca una época y un entorno. Desde esta mirada -la misma que la de la antigua imagen- se puede observar toda esa vida, al que le ofrecía el hotel Internacional, en la esquina de la avenida de Portugal, a la derecha del lector, en cuyos bajos estaba el café Nuevo Mundo, con sus billares, sitio de reunión para los cazadores que tomaban en temprano el tren que subía a la Sierra en la estación de Zafra. Un entorno que contaba con el estanco de Lucas, la sastrería de Durán, almacenes Bazán, casa Llanes, el bar Moderno o el de la Placeta, sin olvidar el casino Comercial que marcó en lo social este entorno onubense.

El castillete de las casas de Octavio Cersola, primero, y de La Vasco Navarro, después, recupera sin duda este espacio urbano.

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