Lucía Gómez Chacón cumple 106 años. Esta riotinteña nació el 23 de marzo de 1907 en la barriada de La Mina, en el seno de una familia muy humilde, "pero como era habitual en aquel tiempo, su padre celebró su nacimiento de tal forma que no fue a inscribirla hasta días después, motivo por el cual figura inscrita en su partida de nacimiento el día 5 de abril del mismo año", apunta su nieta Lucía Rúa.

Fue la tercera de seis hermanos. Su padre murió cuando era aún muy niña y tuvo que empezar a trabajar. Nada más fallecer su padre quisieron quitarles la vivienda donde residían, pero gracias a un guarda de las casas pudieron continuar en el inmueble. Éste se apiadó de su madre y medió para que metieran a trabajar en la mina a un hermano, siendo aún un niño, y le apuntaron la casa a él.

La familia de su padre era muy numerosa, por lo que tenía muchas tías que se la "rifaban" para que fuera a trabajar con ellas, aunque era una niña, "ya que siempre fue muy trabajadora".

Durante la huelga de 1920, como tantos niños y niñas de aquella época, fueron recogidos por familias de otras poblaciones. Tenía mucha ilusión por ir a Madrid, pero su hermano y ella se marcharon a Sevilla y una vez allí, un tren partió para Madrid y otro para Córdoba, y ellos iban en este último, lo que supuso una desilusión para ella.

Una vez allí, la llevaron con una familia acomodada de Aguilar de la Frontera, a la que se le había muerto una hija, por lo que quisieron quedarse con ella, pero su familia no lo permitió.

Su vida ha sido siempre muy dura, trabajando para sacar adelante a su familia. Cuando le preguntan por el secreto de su larga vida ella siempre responde: "trabajar mucho y comer poco".

Toda su vida la ha pasado en la barriada Alto de la Mesa, donde han nacido sus tres hijos, pero hace aproximadamente veinticinco años, debido a un robo en su vivienda, vive con su hija en la barriada Andrés Morano de El Valle.

Su larga vida le ha permitido vivir momentos políticos distintos. Contrajo matrimonio, en 1933, en la República, y tuvo que hacerlo por lo civil. Con posterioridad, y ya nacidos sus tres hijos, en una visita de unos misioneros a Riotinto, durante la Dictadura, contrajo matrimonio canónico y bautizó a sus hijos.

Desde la llegada de la democracia, nunca ha faltado a su cita con las urnas, siendo para ella, el ejercicio del voto un derecho y un deber que tiene todo ciudadano.

En el año 2007, cuando cumplió los 100 años, fue homenajeada por el Ayuntamiento, así como por la Hermandad de la Virgen del Rosario, que le hizo entrega de una carta y una fotografía de la Virgen enmarcada con una dedicatoria, por ser la hermana de mayor edad.

Tiene tres hijos, nueve nietos y siete biznietos. En la actualidad "pasa sus días de forma apacible, y aunque le fallan un poco las piernas, se mantiene todo lo activa que puede y con una memoria privilegiada y una mente lúcida envidiable, que nos hace disfrutar a su familia de hechos acontecidos en la antigüedad, y que muchas veces nos relata con toda claridad".

Aparte, está muy bien informada de la actualidad, "lo que consigue mediante su pequeño transistor en el que escucha los informativos diariamente antes de dormir".

El marido de Rúa, Fernando Izquierdo, destaca que aún recita poesías como: El niño la caza grande/ no quié juntarse conmigo/ ¿porqué to los niños "mare"/ no tien que ser niños ricos/ yo tendría un coche con ruedas/ en ve de un cajón de jigos,/ un balón, una guitarra y un artomovi amarillo./La choza no sería choza/fino una caza en el pueblo/ como tien los niños ricos./Yo estaría mu lavaito,/y ciempremupeinaito/no iba a ve madre una cara/iguá que la de tu niño/ya vería tú como entonce/el niño la caza grande/me quedría por amigo.