Tras el altercado que protagonizó el último Pleno del Ayuntamiento por el enésimo intento de activistas del 15-M de grabar el debate, la plataforma anunció ayer en un comunicado que se están estudiando acciones legales contra esta prohibición municipal. "No vemos otra solución", esgrimieron, recordando que la "violenta" situación del viernes se suma a los reiterados desalojos de quienes han intentado grabar vídeos del Pleno con su móvil, además de que los mandatarios del PP siguen sin conceder la cita que se les pidió en diciembre "para entablar un diálogo acerca de este problema".

Desde la Plataforma Graba Tu Pleno se recuerda que "las reuniones plenarias de los ayuntamientos son públicas de acuerdo con el artículo 88 del Reglamento de Organización sobre el Funcionamiento de los Plenos. Además, el artículo 69 señala que "las corporaciones locales facilitarán la más amplia información sobre su actividad y la participación de todos los ciudadanos en la vida local". Por esta razón, la plataforma Graba tu Pleno considera que "no hay motivo, más allá del interés de nuestros gobernantes por la opacidad, para que las sesiones de los plenos no sean grabadas, como han establecido varias sentencias que declaran que impedir que se graben los plenos municipales viola derechos fundamentales (Sentencias del TSJ de la Comunidad Valenciana nº 42/2009 y nº 668/2011 y Sentencia del Juzgado Contencioso-Administrativo de Salamanca nº 284/2012).

Respecto al incidente que se produjo en la última sesión, desde el 15-M denuncian que cuando, por orden del alcalde, los policías les impidieron grabar y se llevaron sus DNI, se negaron a desalojar la sala, "a pesar de la confusión y la incertidumbre por las posibles represalias", con la intención de "exigir explicaciones al alcalde una vez concluida la sesión".

Su "indignación", apuntan, creció cuando vieron al regidor "recoger sus carpetas y salir estrepitosamente por la puerta trasera. Le exigimos que diese la cara -explican-. Fue entonces cuando, ante el asombro de todas las personas allí presentes, el concejal Francisco Moro [que en un comunicado posterior adujo coacciones y provocación] salió a la defensa de su líder, no con ánimo de discusión o debate para exponer sus razones, sino dirigiéndose de modo intimidatorio hacia el lugar donde nos encontrábamos". Una escena que los activistas califican de "violenta" y "desagradable", que terminó con los concejales del PP agarrando a Moro para impedirle el paso a donde estaban los jóvenes. "Nada en su actitud fue diferente al modo en el que suele producirse una pelea callejera", apostillan.

En cuanto a la repercusión mediática que ha tenido el asunto, a los miembros del 15-M les "apena" que éste haya sido utilizado en el fuego cruzado entre los partidos mayoritarios, "los cuales se lanzan acusaciones entre ellos y nos ignoran como ciudadanía, una vez más".