Gritos, insultos, amenazas e incluso agresiones físicas. Ese es el panorama diario para algunas familias que se enfrentan a los comportamientos antisociales de sus miembros más jóvenes desde la impotencia y la falta de ayuda para contrarrestar la espiral de violencia. Para prestar apoyo y dar herramientas a esas familias y también a los jóvenes nació el programa Guía, un ejemplo de coordinación entre administraciones que desarrollará su nueva edición del 23 de abril al 25 de junio en el centro social de El Torrejón.

El edificio Gota de Leche, sede central de los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Huelva, ha acogido la presentación de una nueva edición del programa Guía, todo un ejemplo de coordinación interadministrativa, en el que las distintas administraciones se unen para ayudar a familias con menores que presentan conductas violentas: la Junta de Andalucía impulsa el programa en colaboración con los ayuntamientos.

Diseñado por la Asociación Ponte, entidad que ofrece cobertura psicosocial a jóvenes, se apuesta por una metodología muy práctica, usando la dramatización, con el apoyo de actores, para recrear situaciones que ayuden a reflexionar sobre experiencias comunes en relaciones familiares agresivas. El programa se estructura en sesiones terapéuticas, diferenciadas en grupos de padres y de hijos. Son 9 sesiones, de 2 horas y media de duración, aunque el programa garantiza un posterior seguimientos desde los Servicios Sociales Comunitarios. Entre los contenidos, destaca el análisis de las situaciones conflictivas en grupo, para compartir experiencias y promover el apoyo mutuo; la adquisición de habilidades de escucha y diálogo, y las pautas, alternativas y reglas para mejorar las relaciones y la comunicación padre-hijo.

Actualmente, se trabaja en la selección de los participantes de esta nueva edición del programa, por lo que cualquier familia onubense que esté viviendo una situación de agresividad y violencia en menores, puede dirigirse a los Servicios Sociales del Ayuntamiento de Huelva. Las familias destinatarias son aquellas con hijos que presentan comportamientos agresivos como gritos, insultos, amenazas e incluso agresiones físicas hacia los padres o tutores. Familias en las no existe comunicación o se encuentra muy deteriorada y la convivencia es realmente difícil y los padres tienen pautas educativas poco definidas, sienten gran confusión e incapacidad para hacer frente a la problemática y demandan ayuda.

El perfil del menor, es de jóvenes entre 13 y 17 años, con problemas de adaptación personal, social y escolar. Todo ello puede estar unido a dificultades emocionales y de comportamiento, faltas de asistencia al centro educativo, resistencia generalizada a acatar las normas, pequeñas conductas delictivas, inicio de consumo de drogas y alcohol y establecimiento de relaciones con personas de entornos marginales o delictivos. Incluso se registran episodios de fugas ocasionales del domicilio. Además, es muy importante para participar que en las familias exista voluntariedad de participación, compromiso de asistencia, y motivación al cambio.

En el caso de la Diputación Provincial, cuyos servicios sociales comunitarios desarrollan un programa de apoyo con 19 municipios, los resultados son satisfactorios. El 71% de los jóvenes con los que se ha trabajado en los últimos años mejoraron su comportamiento y sus dificultades, y cerca del 90% de las familias también han presentado una notable mejoría.

Así, los resultados académicos, comportamentales y de desarrollo personal de estos jóvenes han mejorado notablemente, al tiempo que descendían las incidencias negativas protagonizadas por ellos en sus centros escolares. El incremento de sus sentimientos de valía y de respeto hacia sí mismos y hacia los demás ha sido otra de las mejoras detectadas. Con todo ello, ha mejorado significativamente la relación con sus padres.