Sencillamente espléndida. Juxta crucem lacrimosa (Junto a la cruz llorosa). Tomen nota y no se la pierdan. La exposición que la Hermandad de Nuestra Señora en su Soledad (El Silencio) tiene abierta hasta el próximo domingo en la Casa Colón ofrece un recorrido por la historia de la cofradía. Lo hace mostrando sus enseres más significativos y recopilando otros que en su momento fueron cedidos por distintas hermandades y utilizados por la Soledad.

La exposición quedó inaugurada por el alcalde de Huelva, Pedro Rodríguez González, en un acto que contó con la presencia del vicario para la celebración de la Fe, Diego Capado Quintana; el teniente alcalde de Cultura, Manuel Remesal; el hermano mayor de la Hermandad del Silencio, Francisco José Buenafé; el director de Hipercor-El Corte Inglés, Andrés Fuentes, patrocinador de la exposición; y Eduardo J. Sugrañes, jefe de Cultura de Huelva Información, encargado de la presentación de la muestra. El alcalde de Huelva, Pedro Rodríguez, destacó la calidad e importancia de la exposición y felicitó a la Hermandad del Silencio, porque "una hermandad sencilla ha conseguido realizar una exposición de las características de esta".

La importancia del arte como vehículo para propagar la fe la puso de relieve Diego Capado. "Elementos destacados de la religiosidad popular que cumplen un valor importante en las hermandades", dijo. Se refirió al Año de la Fe, que en el mes de octubre convocará Benedicto XVI, y en el que incluye una dedicación especial a las hermandades y cofradías con un encuentro que tendrá lugar el 5 de mayo en Roma y al que ya anunció que estarán presentes las hermandades de Huelva.

Francisco Buenafé agradeció la participación de las distintas instituciones y entidades que han hecho posible la exposición, con una mención especial a Huelva Información por la cesión de material hemerográfico para su exposición.

Eduardo J. Sugrañes realizó un recorrido por la historia de la cofradía desde su primera salida en 1937 que justifican la exposición abierta en la Casa Colón. Una historia que arranca con la salida de la imagen donada por el matrimonio Tomás Domínguez y Teresa Vázquez, que se va a convertir en Nuestra Señora en su Soledad, ocupando ese espacio dejado por la Hermandad de la Vera Cruz en la noche del Viernes Santo. Desde ahí su vinculación con la Hermandad del Nazareno que tutela la cofradía bajo la advocación inicial de la Amargura en su Soledad.

En el recorrido de estos 75 años viene a destacar que es el de una Semana Santa que arranca de la adversidad y consigue con muchos esfuerzos el esplendor del que hoy goza.

Una exposición en la que se muestra el patrimonio forjado durante estos años. Desde el manto ofrecido por Josefa Jiménez, condesa de Mora Claros. Una de las piezas más interesantes de la muestra, con vistas del siglo XVIII, de autor desconocido, y posteriores bordados de Esperanza Elena Caro, de 1949, y restaurado por Manuel Ponce Contreras, en 2003.

En cuanto a bordados hay que hacer referencia también al manto isabelino de María Santísima de los Dolores, de 1866, cedido en ocasiones para el uso de la Soledad.

Otra de las piezas que se puede admirar con detalle es la restauración del paso de la Virgen, de los hermanos García Camacho y Tello Olivares, regalo de José Domínguez Barba. Es de estilo neobarroco, de 1945, y en la actualidad lo está restaurando y dorando Francisco Cumbrera. Una apuesta de la Hermandad del Silencio por la conservación de su patrimonio artístico.

Eduardo J. Sugrañes destacó que este trabajo "muestra el esfuerzo de una cofradía humilde preocupada en legar a futuras generaciones el patrimonio heredado que forma ya parte de nuestra historia, mientras otras sólo piensan en su cambio y, consecuentemente, en destruir una parte importante de la vida cofrade".

En el ajuar destaca las distintas coronas utilizadas por Nuestra Señora en su Soledad , de distintos estilos y épocas. La de los Dolores de la Oración en el Huerto, y la de la Amargura, ambas del siglo XVIII; y la ráfaga de Nuestra Señora del Mayor Dolor, de los años 90 del pasado siglo. Así como otras propias como la corona donada por la familia Hernández Calvo, de 1990, o la diadema del siglo XVIII.

Se incluye otros trabajos de bordados y orfebrería que conforman el patrimonio actual de la cofradía del Viernes Santo.

Las diferentes

túnicas usadas

en estos 75 años.

Una de las coronas

expuestas de la Soledad,

de Ramón León Peñuelas.

Periódicos de

Huelva Información,

del 50 Aniversario.

Detalles del

paso de la Virgen

restaurado.

Participantes en

la inauguración

de la muestra.

Detalle

de los elementos

de la procesión.