Balboa: la refinería inviable
el fracaso de un proyecto energético Contra él se presentaron más de 43.000 alegaciones
El riesgo de vertidos, la oposición de Portugal o la escasa eficiencia energética del proyecto son algunas de las claves para el rechazo de Medio Ambiente al proyecto industrial
Hace ocho años el entonces presidente de la Junta extremeña, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, anunciaba públicamente la futura construcción de una refinería en Badajoz, encaminada -aseguraba- a la generación de actividad económica y empleo en la Comunidad. Casi ocho años después, el Ministerio de Medio Ambiente ha vetado la refinería Balboa, que ha generado una importante polémica social y política no sólo en la comunidad vecina, sino también en Andalucía Occidental y, sobre todo, en Huelva, cruzada por el oleoducto que conllevaría la planta. Una contestación social reflejada en las más de 43.500 alegaciones presentadas al estudio de impacto ambiental del proyecto, sumadas a informes negativos de diferentes organismos a los que aluden los técnicos del Ministerio para asegurar que "previsiblemente causará efectos desfavorables significativos sobre el medio ambiente" y considerarse que "las medidas previstas por el promotor no son una garantía suficiente de su completa corrección o su adecuada compensación". Así se recogía en la Declaración de Impacto Ambiental desfavorable publicada en el Boletín Oficial del Estado esta semana; frente a ella, el Grupo Gallardo, el promotor de la instalación, llega a calificar de falsas las aseveraciones del departamento medioambiental. Estos son los principales puntos de la negativa ministerial.
El Grupo Gallardo topó con Doñana. La presencia del ultraprotegido Espacio Natural, Reserva de la Biosfera, Zona de Especial Protección para las Aves, incluido en el convenio Ramsar y con un Diploma del Consejo de Europa, emblema medioambiental no sólo de Huelva sino de toda Andalucía, ha sido argumento principal de la oposición al proyecto en la comunidad autónoma. Y también razón de peso para el departamento de Miguel Arias Cañete (y de los tres ministros socialistas que ha conocido la tramitación del proyecto). Los técnicos del Ministerio reconocen que el trazado del oleoducto/poliducto no supone un impacto directo sobre el Espacio Natural y es compatible con el Plan de Ordenación del Territorio del Ámbito de Doñana, el documento que marca qué actividades es posible desarrollar en el entorno del espacio protegido. El riesgo de contaminación del acuífero Almonte-Marismas, que surte al parque, también se considera suficientemente estudiado y se aceptan las medidas correctoras propuestas.
Pese a ello, el Ministerio pone sobre la mesa como argumento fundamental la protección de Doñana. ¿Cuál es el problema? El riesgo de contaminación del litoral, considerado una reserva de pesca marítima y con una propuesta sobre la mesa para ampliar la protección de Doñana a la Costa, es el que pesa en el dictamen de Medio Ambiente. El aumento del tráfico de petroleros y la puesta en marcha de otra monoboya, junto con su conexión submarina con el litoral, son considerados por la Junta de Andalucía y la Unesco un riesgo importante para el litoral por la posibilidad de vertidos, riesgo que el promotor ha valorado de forma "incompleta, incorrecta y poco realista" según la Junta de Andalucía. Pero no sólo eso; la Unesco, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, y el convenio Ramsar (para la protección de los humedales) instan a "retirar las amenazas que causarían nuevos proyectos en la zona", es decir, a impedir la instalación.
El Grupo Gallardo alega en contra que ese riesgo por vertido "ya existe en la actualidad" en las industrias instaladas en Huelva, como Cepsa y Decal, y la refinería Balboa "no lo incrementa de manera significativa". Por tanto, prosigue la empresa, "ningún criterio, técnico ni legal, respalda la postura del Ministerio", al que además acusa de "mentir en relación a la Unesco, tergiversando el informe emitido por este organismo internacional". No es la única ocasión en la que Gallardo ha arremetido contra la actuación del Ministerio; ya el pasado año, la empresa criticó que la información que se había aportado a la misión enviada por la Unesco era sesgada y no se le había dado la oportunidad de explicar su postura.
La antigua calzada romana atraviesa la parcela en la que se proyecta la refinería a lo largo de 2 kilómetros. El Ministerio alerta de la pérdida de transitabilidad de la misma y la posible afección a las instalaciones turísticas en la zona; forma parte también del Camino de Santiago. Y además, la ejecución de la refinería podría poner en peligro una futura candidatura como Patrimonio Mundial de la Unesco, advierten los técnicos.
El proyecto de refinería fue considerado medioambientalmente inviable en su concepción inicial, por lo que tuvo que ser modificado. Uno de los principales caballos de batalla, que conllevó una reformulación de la propuesta, fueron los vertidos, al comprobar tras una advertencia de Portugal que el vertido de la refinería propuesto en un afluente del Guadiana incumplía con la directiva europea de Calidad de las Aguas.
Con esa primera negativa sobre la mesa, el promotor optó por cambiar su ingeniería para conseguir un vertido cero, con el uso pionero de nuevas técnicas, ya utilizadas en otros procesos industriales pero no en una instalación de ese tipo. Sería "la primera experiencia en el mundo", señala el Ministerio, que considera que no existen suficientes garantías técnicas del buen funcionamiento de este sistema. Y además, añade, en el caso de que no funcionase habría que desmantelar la instalación tras el consecuente impacto causado.
Pero además, el cambio al sistema de vertido cero suponía un aumento notable de la generación de residuos peligrosos, hasta llegar a casi el doble de ellos que otras refinerías del mismo tamaño. Un dato negado por el Grupo Gallardo, que afirma que la generación de residuos por capacidad nominal de producción está por debajo de la media del sector. Esto lleva a los técnicos del Ministerio a concluir que "el proyecto modificado no resulta ambientalmente mejor", puesto que la normativa existente exige que se prevenga, es decir, que se evite en lo posible la generación de los residuos.
Aunque también hay otro punto de fricción en esta materia: la intención de la empresa era trasladarlos al depósito de residuos peligrosos de Nerva, situado a 108 kilómetros de la refinería de Los Santos de Maimona (Badajoz), "con los riesgos adicionales derivados de esta gestión", que además incumple el principio de proximidad y autosuficiencia incluidos en la normativa aplicable. La instalación nervense dispone de capacidad, reconoce el Ministerio, pero "no hay documentación que acredite que la Junta de Andalucía vaya a aceptar estos residuos en su territorio"; de hecho, la entrada de desechos de fuera de la comunidad al vertedero ha sido ampliamente contestada por grupos ecologistas y colectivos sociales. La Declaración de Impacto Ambiental va incluso más allá y se atreve a dudar del futuro de la instalación, advirtiendo de la oposición social tras el incendio que provocó el cierre cautelar de la misma, una situación que "plantea la duda sobre la idoneidad de dicho vertedero para el almacenamiento de los residuos peligrosos generados de manera continua en la refinería".
La ubicación propuesta para la refinería ha sido otro de los argumentos de peso para la negativa a Refinería Balboa. Situada en una comarca agrícola y a 180 kilómetros de la Costa la necesidad de bombear el crudo y el proceso refinado desde y hasta el Puerto de Huelva supone un consumo de energía que a juicio del Ministerio no cumple con los objetivos de eficiencia energética marcados por las directivas europeas. Con el objetivo de un ahorro del 20% de energía consumida en el año 2020 en lontananza, los técnicos destacan que la eficiencia energética es "requisito indispensable" para las nuevas instalaciones.
En cambio, el proceso de transporte de la refinería supone un 6% adicional de coste energético en el proceso de fabricación, apunta el Ministerio; Gallardo asevera que el incremento real de consumo es de apenas el 0,06% y recuerda que el 55% de las refinerías del mundo son de interior.
El Gobierno del país vecino se ha mantenido siempre en contra del proyecto de la refinería de Los Santos de Maimona a pesar de la distancia con la frontera. El Ejecutivo luso cuestionó la viabilidad del vertido de la refinería y sus efectos sobre el Guadiana y la presa de Alqueva, así como la posible afección de un vertido de crudo en la monoboya de Huelva, que podría llegar a las costas portuguesas, aseveró.
A pesar de las modificaciones realizadas sobre el proyecto, las autoridades lusas han mantenido hasta el final su postura contraria al proyecto y así lo recoge la Declaración de Impacto Ambiental formulada.
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