Crece la demanda de intérpretes de signos en el ámbito educativo
Esta tendencia coincide con el número de aspirantes que quieren cursar este grado superior en el IES La Orden
La demanda de intérpretes de lengua de signos española (ILSE) aumenta, si bien estos profesionales han de enfrentarse a a la escasez de recursos para poder atender a dos colectivos: las personas sordas y el más reducido de las sordociegas.
La demanda de ILSE se equipara a un elevado interés en contar con la preparación académica para conseguir esta titulación. Se trata de un grado superior de los Ciclos Formativos, que en Huelva solo se imparte en el IES La Orden. Tal es la demanda para este grado que todos los años se cuenta con lista de espera y solicitudes incluso de fuera de Andalucía. Actualmente se preparan para ILSE en este instituto, unos 40 alumnos, ya que el grado solo dispone de una unidad por curso.
Precisamente, el IES La Orden acogió ayer, la jornada Ámbitos Profesionales del ILSE. En ella, se contó con la presencia de representantes de la Asociación de Sordociegos (Asocide), de la Asociación Cultural de Sordos de Huelva, así como de antiguos alumnos de este grado del IES La Orden y docentes de este mismo instituto.
Las personas sordas son cada vez más conscientes de la necesidad que tienen de recibir una preparación adecuada para afrontar la vida, por lo que optan por conseguir el mayor nivel posible de estudios y de este modo, buscan ir más allá de la ESO.
Esta es una de las causas por las que la demanda de intérpretes ha aumentado significativamente. El problema sin embargo, según comentan estos profesionales, es poder dar asistencia a estas personas, ya que ésta depende de las contrataciones que se hagan desde la Delegación Provincial de Educación. Estas contrataciones se realizan a una empresa y se busca que los alumnos que necesiten ILSE se agrupen en determinados IES. Ese es el caso por ejemplo, del instituto La Marisma.
Los titulados con el grado superior de ILSE están capacitados para ayudar en todos los niveles educativos, aunque en algunas universidades se pide también poseer una carrera universitaria o conocimientos de la titulación que va a estudiar la persona sorda. También desde el IES La Orden se sale al mundo sociolaboral, con la capacidad para atender al colectivo sordociego. Sin embargo en este caso, su vida docente corre a cargo en Huelva, de la ONCE y se precisa de un intérprete por cada persona.
La mayor parte de la actividad laboral de los ILSE se empareja con la Asociación Cultural de Sordos, que dispone de una bolsa de trabajo y oferta cursos de formación continua, aunque el trabajo en los institutos, como ya se ha comentado, se gestiona por otra empresa.
Uno de los antiguos alumnos de este grado, Juan Carlos Pedraza, se lamentó que aún a día de hoy, la figura del intérprete sea bastante desconocida en algunos ámbitos de la sociedad. Este ILSE se mostró satisfecho por el cometido que viene realizando desde que empezó su trayectoria laboral, ya que "es muy gratificante ver que te conviertes en un puente real de comunicación", si bien es una labor de mucho compromiso personal: "No basta con mover bien las manos para ser un buen intérprete; hay que disponer de empatía que se convierte en una herramienta muy importante".
La lengua de signos no es universal e incluso cuenta con las mismas peculiaridades que se encuentran en la lengua hablada que varía de un lugar a otro aun siendo la misma. Se atiene además a una gramática propia y a un extenso vocabulario específico que tanto intérprete como usuario, deben ir enriqueciendo.
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