Huelva, de ayer a hoy

La última casa del barrio

  • La calle Nueva quedó engullida en la transformación del barrio, pero ahí está y su esquina continúa siendo testigo de toda una época

Por estas fotografías han pasado ya treinta años y parece que fueron tomadas ayer mismo. Sin duda, muchos la recordarán; otros seguro que pueden pensar en cualquier ciudad o pueblo pero nunca adivinarían que es Huelva. Sí, eso es lo que pueden pensar los chavales que ahora se asoman a la movida de Pablo Rada o de la plaza anexa a la calle Almirante Garrocho.

Más se sorprenderían con el nombre de la calle: Nueva. Y cómo puede ser nueva con este aspecto, se preguntarían más de uno, igualmente también los de antes, es que en algún tiempo la calle también fue nueva. Así, por ejemplo, Juan Agustín de Mora Negro y Garrocho, en su libro Huelva Ilustrada, de 1762, cuando describe la entrada a la ciudad marca la línea de calle San Sebastián, Nueva y Palos, con lo que se accedía a la zona baja.

Lo que se conserva es el segundo tramo, bueno de la calle la esquina con la casa. Pero, además, y es lo importante, se conserva la única parte del trazado antiguo del barrio en cuanto a lo que se llamó eje de San Sebastián que comenzó a ejecutarse en los años ochenta, del pasado siglo; fíjense si hemos cambiado que ya estamos en el XXI. Pues esto es lo que queda, la que se renovó como calle Nueva tristemente para la historia local tomó el nombre de Pablo Rada, con el único mérito de ser el mecánico del vuelo del Plus Ultra. Sólo tenía un trozo de calle en lo que podía ser hoy la acera del Burger King (antes la esquina del bar Pechugita). De ahí a tener la mejor arteria de la ciudad; bien podía el Ayuntamiento apostar por otro nombre, con el tan cercano de Tres de Agosto como continuación de la calle que llega al corazón de la ciudad, en la Plaza de las Monjas.

Aquella transformación del barrio comenzó con la pérdida de la ermita de San Sebastián, que fue lo primero que se sacrificó en época de la II República y el santo pasó a la sala del depósito de cadáveres del antiguo cementerio, hasta que el primer obispo de Huelva, Pedro Cantero Cuadrado, le levanta su templo, en 1959.

Hoy la calle Nueva tiene de alguna forma presencia en el barrio, lo que ocurre es que ha caído en el olvido. De aquel primer tramo aparece ahora una plaza, que, además es nueva, y continúa todavía su trazado hacia la Plaza de la Soledad, en cuya esquina ya no está La Jangarilla, sino el nuevo barrio que ha crecido dando sentido a la nueva Huelva. Ahora hay una deuda con la historia en este tramo que es testigo de la siempre calle Nueva y así debería ser rotulado, porque así se llama.

La casa, sin lugar a dudas, también merece alguna atención desde la Gerencia de Urbanismo, pues es el último baluarte del barrio en el ayer más cercano y que permanece en el recuerdo más íntimo no sólo del barrio, sino de Huelva. Hasta ahora la casa sólo ha sido maltratada al subirse el nivel de la calle que la condena a estar hundida. Si ha llegado hasta aquí, bien merece la supervivencia.

l el segundo tramo. La imagen ofrece una visión de la calle Nueva en su segundo tramo, el que va desde la calle Almirante Garrocho o Madre Ana hasta la Plaza de la Soledad, donde se puede ver aún airosa la taberna La Jangarilla. La foto está tomada en los años ochenta del s. XX, nada más empezar la transformación urbanística que cambiará radicalmente las calles del barrio.

l lo que aún perdura. Es una esquina que todavía se sostiene como baluarte del barrio de San Sebastián. La fotografía ofrece una perspectiva actual de lo que queda de la calle Nueva, que ha pasado a un segundo lugar y a la espera de que se complete la edificación de esta zona. Se trata de una casa sencilla, pero que denota un aire nuevo en el barrio, no es de las más antiguas ni de las más características, pero sí es la última y merece un trato especial.

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