Está en punto muerto. No hay ningún avance en el Plan Especial del Barrio Obrero. Catorce años después de iniciarse la tramitación no hay un documento que regule las directrices a seguir en las actuaciones a realizar en un conjunto arquitectónico declarado Bien de Interés Cultural (BIC), con la categoría de conjunto histórico. Los vecinos quieren que se retome el plan, consideran que "es urgente que se haga".

La falta de consenso está demorando en el tiempo el proyecto. El último paso se dio en 2004, hace ya cuatro años, con la presentación a los representantes vecinales del informe técnico sobre las directrices a seguir para la elaboración del Plan Especial, firmado por la Gerencia Municipal de Urbanismo y la Junta de Andalucía, que no fue aprobado por los vecinos. Meses más tarde, ya entrado el 2005, estos presentaron alegaciones al considerar que era un informe incompleto. Desde entonces todo está paralizado.

El Ayuntamiento de Huelva decidió incluir el Plan Especial en la revisión del Plan General de Ordenación Urbana, con el objetivo de agilizarlo, pero todo continúa igual. Desde la asociación de vecinos se indica que habían quedado con el Consistorio en que después de las elecciones municipales se retomaría el tema, "y seguimos esperando, así pasa un año y otro...". Los representantes vecinales manifiestan que "es pura desidia", que se trata "de un tema complicado y nadie sabe como cogerlo". Subrayan que "estamos como hace veinte años". Comentan que "se están dando licencias para obras en las viviendas pero no hay directrices, no hay unas normas básicas para habitabilidad de viviendas, no hay un plan que establezca que normas hay que seguir". En este sentido, lamentan que "el Barrio Obrero sea Bien de Interés Cultural para unas cosas y no para otras".

Para la elaboración del Plan Especial del Barrio Obrero se establecieron seis fases, de las cuales, catorce años después sólo se han llevado a cabo dos: metodología y preavance. Hubo un primer proyecto en 1997, elaborado por el arquitecto José Ramón Moreno, que fue rechazado por los vecinos. Incluso se constituyó una comisión especial integrada por vecinos, técnicos y responsables municipales y autonómicos para estudiar las discrepancias surgidas en torno al proyecto, realizado por encargo del Ayuntamiento con financiación de la Junta de Andalucía. Los vecinos no estaban de acuerdo con la prohibición de ampliar las viviendas por el exterior, una práctica llevada a cabo por el 90 por ciento de los propietarios.

El Plan Especial debe tener un contenido de protección como corresponde a todos los BIC, al Ayuntamiento corresponde redactar el documento y la delegación Provincial de Cultura tiene que realizar un informe sectorial.

En 2001 la Gerencia Municipal de Urbanismo y la Junta consensuaron el informe técnico sobre las directrices a seguir para la elaboración del Plan Especial, el preavance, que presentaron en 2004 a los representantes vecinales. Estos lo rechazaron por no ser un documento consensuado con los vecinos. Quieren que se definan los espacios comunes, que se permita la construcción de anexos laterales en las viviendas así como entreplantas, indicando que la solución ideal sería la elevación de las cubiertas. Aparte, reivindican que se definan y especifiquen los materiales, colores y texturas en las partes que configuran el espacio exterior de las casas, de manera que sea lo más parecido a su imagen original.