Huelva

La central térmica Cristóbal Colón cumple medio siglo

  • Una muestra narra la historia de la infraestructura y su contribución al avance de Huelva · Del 15 al 23 de septiembre en la Caja Rural

Han pasado 50 años desde que el 31 de agosto de 1961 se acoplara a la red el primer grupo de generación de la Central Térmica Cristóbal Colón de Huelva y, para celebrarlo, Endesa ha organizado una exposición fotográfica que ofrece un interesante recorrido en imágenes por la Huelva del último medio siglo, desde 1961 hasta la actualidad. La muestra podrá visitarse del 15 al 23 de septiembre, en la sala de exposiciones de la Fundación Caja Rural del Sur, de 18:00 a 21:00 de lunes a viernes.

A través de las imágenes puede observarse cómo durante sus 50 años de vida, la planta ha evolucionado en capacidad y nuevas tecnologías, siempre ligada al desarrollo de la ciudad y su entorno, para ofrecer a los clientes la mejor calidad de servicio.

Y es que a finales de los 50, Huelva se limitaba a una economía primaria, basada principalmente en el sector agrario y pesquero y potenciada únicamente por la minería del Norte de la provincia, lo que propició en los años 60 el inicio del Plan de Desarrollo Económico y Social. En este contexto, la Compañía Sevillana de Electricidad decidió construir una central de generación de electricidad para atender la demanda del incipiente sector industrial.

Este proyecto comenzó con la autorización del Ministerio de Industria, en 1958, para la construcción de dos grupos de 68 y 125 megavatios de potencia respectivamente con posible ampliación, para lo que la compañía disponía de unos terrenos en la margen izquierda del Odiel, próxima a su confluencia con el río Tinto.

Las obras de la central, que contaron con una inversión de dos millones de pesetas, comenzaron en 1959, así como las de una subestación eléctrica de 220 kilovoltios y las de una línea de transporte hasta la subestación Santiponce en Sevilla. Paralelamente, se llevó a cabo una subestación de 50 kilovoltios con dos líneas de evacuación denominadas Gibraleón y Enesa.

Para acoger a los trabajadores que participaron en su construcción, se edificaron 64 viviendas, divididas en ocho bloques, ubicadas en la Avenida Muñoz de Vargas. Asimismo, en el recinto de la central se levantó la casa del máximo responsable de la planta y ocho viviendas más para los empleados.

Tras la finalización de la obra civil, y con el crédito concedido por el Export-Import Bank de Washington, de 9,4 millones de dólares, se efectuó la compra e instalación del turbogenerador del primer grupo.

La puesta en marcha se realizó el 31 de agosto de 1961. Desde ese momento, la central aportaría a la red eléctrica una producción anual de más de 6,2 millones de megavatios por hora. Después comenzó la instalación del segundo grupo, cuya potencia prevista de 125 megavatios pudo ser elevada a 148 gracias a la tecnología utilizada. La financiación destinada al segundo grupo fue de 17 millones de dólares.

La sincronización a la red se realizó el 27 de diciembre de 1963, convirtiendo a la Central Térmica Cristóbal Colón en la de mayor importancia de la Compañía Sevillana de Electricidad y en la segunda más importante de España por tecnología y potencia instalada.

Ambos grupos fueron fabricados en Estados Unidos, enviados por barco hasta el muelle de Levante del Puerto de Huelva, y transportados posteriormente por carretera hasta la central, donde más de 1.000 trabajadores se encargaron de su instalación en sendos casos.

La instalación del segundo grupo posibilitó el desarrollo de nuevas líneas eléctricas de alimentación a las distintas fábricas que se ubicaron en la zona y de abastecimiento al aumento de clientes domésticos fruto del crecimiento demográfico de la provincia.

En previsión del incremento de concentración de empresas industriales en el entorno de la central y del continuo aumento de participación de estos grandes consumidores de energía eléctrica en la cuota del mercado de la compañía, se decidió ampliar la capacidad de la planta, prevista en la autorización del Ministerio de Industria en 1958, con un tercer grupo de generación que se conectó en 1968. Esto supuso una potencia de 160 megavatios que, sumados a los dos grupos anteriores, aportaban a la central 376 megavatios de potencia total instalada.

Durante las décadas de los 70 y 80 hubo un gran crecimiento industrial en Huelva con el desarrollo del polígono industrial del Nuevo Puerto, que se conectó con el polígono industrial de Punta del Sebo a través de un nuevo puente. Esto conllevó unos incrementos de demanda a los que la central atendió sin incidencias. En este contexto, la central pasó por un continuo proceso de mejora e implementación con el reforzamiento de los protocolos de seguridad de la instalación y con la adaptación a nuevas tecnologías y combustibles.

En 1996, con la llegada del gas natural a España, la central vivió de nuevo una importante transformación con la adaptación del grupo segundo al funcionamiento con el nuevo combustible. Para ello, se construyó una estación reguladora de gas conectada a la regasificadora de Enegas con capacidad para suministrar gas a futuros ciclos combinados. Esto supuso, según Endesa, un gran avance medioambiental, al evitar casi en su totalidad de emisiones de partículas y de SO2 y reducir en un 80% las emisiones del NOx.

Endesa comenzó a tramitar un nuevo proyecto de generación, consiguiendo en 2003 la autorización del Ministerio de Industria de sustitución de la potencia de la central térmica por una instalación de ciclo combinado de similar potencia cuya implantación no estuvo exento de polémica. De esta manera, durante los primeros años del siglo XXI, se llevó a cabo la baja progresiva de los diferentes grupos de fuel: en 2001 dejó de funcionar el primer grupo, en 2005 el tercero y en 2006 el segundo.

En noviembre de 2004 se iniciaron las obras del ciclo combinado con una inversión de 218,5 millones de euros. Estos trabajos de construcción, que generaron 700 empleos directos, finalizaron con la puesta en explotación comercial de la planta el 13 de noviembre de 2006, tras un periodo de formación del personal en la nueva tecnología y puesta en marcha de la central y posteriores pruebas de fiabilidad.

La planta cuenta con dos turbinas, una de gas y otra de vapor, ambas unidas a un único generador de electricidad. En la primera de ellas la combustión del gas natural mueve la turbina. A su vez, el calor residual de la turbina de gas es aprovechado para producir vapor de agua en una caldera de recuperación que alimenta a un circuito que mueve la turbina de vapor.

Según asegura Endesa, este ciclo combinado ha conseguido reducir la producción de residuos y emisiones en relación a los índices de los tres grupos anteriores. De esta manera, esta central "sólo emite un 4% de la ínfimas emisiones de SO2 de los otros grupos" y "ha reducido en un 88% la emisión de partículas y en un 40% las de NOx".

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