Con el fin de la campaña agrícola en la provincia de Huelva llega la marcha de los jornaleros, un adiós que merma notablemente la presencia de personal en el campo donde, por ende, hay menos vigilancia. Los delincuentes, sabedores de esta coyuntura, aprovechan entonces para hacer de las suyas en las plantaciones.

El presidente de Freshuelva, Alberto Garrocho, aseguró ayer que sólo durante este fin de semana ha tenido conocimiento de dos robos que fueron perpetrados al amparo de la noche en dos fincas de Moguer.

El primero de ellos, indicó, se produjo en la madrugada del sábado. Los ladrones saquearon una nave que albergaba en su interior herramientas y maquinaria agrícola, desde "cajas de herramientas a filtros o latas de aceite que estaban por estrenar". El valor del material sustraído en este caso alcanza los 11.000 euros, según informó el propietario de la explotación a Garrocho.

Una noche más tarde, en la madrugada del domingo, tuvo lugar en la finca que un agricultor palermo tiene en terrenos de la localidad vecina otro robo. En este caso, los bandidos consiguieron hacerse con un botín valorado en 7.000 euros consistente en todo un muestrario de herramientas y máquinas que se utilizan para reparar los tractores o para realizar las labores agrarias. "Se llevaron máquinas de echar azufre y líquido, compresores para lavar los vehículos, cajas de herramientas completas, máquinas para engrasar, juegos de llaves... de todo lo que pudieron". Tanto es así, que la nave apareció totalmente vacía. Hay que tener en cuenta, puntualizó Garrocho, que sólo "un compresor puede llegar a costar entre 2.300 y 2.700 euros".

El presidente de Freshuelva indicó que las sospechas de los agricultores de la zona van encaminadas a que se trate "de una banda organizada". Alberto Garrocho sustenta esta afirmación en el hecho de que los cacos actuaron siempre en el momento en que no había nadie en la finca, "por lo que debían estar vigilando", y utilizaron artimañas de diversa índole para colarse dentro de las naves. "Han abierto todo tipo de cerraduras, incluso han llegado a entrar en naves con puertas que se deslizan de arriba a abajo; se ha colado uno dentro y le ha abierto el camino a todos los demás", explicó ayer a este diario. Además, "deben llevar furgonetas o camiones" en los que cargar las máquinas para transportarlas.

Pero la oleada de robos no acaba aquí. Sin ir más lejos, el pasado lunes se produjo otro en una finca de Palos de la Frontera. En este caso, los ladrones fueron mucho más atrevidos. Tanto que el propietario de la parcela los sorprendió in fraganti. Eran en torno a las 19:30 del primer día de la semana cuando decidió acercarse a su explotación. Fue entonces cuando pudo ver cómo un camión grúa de grandes dimensiones cargaba "jaulas empaquetadas con hierros para montar los invernaderos".

La discreción no es precisamente un rasgo a destacar de esta banda. De hecho, ése es su punto fuerte: "Son tan descarados que los vecinos piensan que es el propio agricultor el que está moviendo los hierros, da sensación de confianza" y nadie da aviso a las autoridades, argumentó Garrocho.

El móvil que impulsa a los delincuentes a hacerse con las barras metálicas no es otro que "la revalorización del precio del hierro, que se pagan bien en el mercado".

Con estos sucesos a las espaldas, Freshuelva instó ayer a las administraciones competentes a "incrementar la vigilancia para que esto no nos siga sucediendo".

Pero las autoridades ya han reaccionado. De hecho, la Comandancia de la Guardia Civil de Huelva cuenta desde hace varios días con el apoyo del Grupo Rural de Seguridad (GRS) de Zaragoza, una veintena de agentes que vienen desarrollando en la provincia onubense operaciones para "la prevención de delitos contra las casas de campo y los cultivos", según confirmaron recientemente a Huelva Información fuentes del Instituto Armado, al tiempo que efectúan labores de refuerzo de la seguridad relacionadas con el Plan Verano 2011.