La austeridad definirá el nuevo proyecto del Pedro Alonso Niño (PAN) de Moguer en su regreso a la Primera División Nacional. Con un presupuesto corto, de apenas 150.000 euros, muy lejos de los cerca de 340.000 de la pasada campaña en División de Honor Plata, categoría en la que luchó hasta el último suspiro por lograr la permanencia, el equipo no renuncia a nada, pero es consciente, al menos así lo manifestó ayer su presidente, Manuel Moreno, de que el ascenso, si no una utopía, sí va a ser una meta difícil de alcanzar.

El primer reto que se marca la directiva, a la espera de que se conozca el nombre del nuevo entrenador, pues todo apunta a la marcha de Curro Lucena (aunque el presidente tampoco descartó de un modo tajante que pueda seguir al frente del cuadro moguereño), es convencer, como mínimo, a la columna vertebral de la plantilla para evitar una 'fuga' masiva de jugadores. Eso sí, tendrían que aceptar una notoria reducción en sus nóminas, pues los recursos son mínimos.

De momento, nada está cerrado, sólo las salidas seguras de los dos lituanos, Donatas Biras y Valdas Jarukas, y del brasileño Franklin Bezerra, así como de Sergio Cruzado, fichado por el Palma del Río, conjunto de División de Honor Plata. Bajo este contexto, la junta que preside Manuel Moreno tendrá por delante un duro trabajo para confeccionar un plantel que salte a la cancha a partir del 19 de septiembre, fecha en la que arranca el campeonato, con el máximo nivel de competitividad posible.