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Luchando por sobrevivir

  • El CB Huelva olvida sus sueños de luchar por la ACB y se marca como nuevo objetivo la permanencia, tras las bajas de Schraeder, Chris Hernández y Junyent y sin solucionar todavía el tema económico

El Club Baloncesto Huelva Sociedad Anónima Deportiva atraviesa por los momentos más críticos de su existencia desde su nacimiento en el verano de 1996. En sus más de 11 años de historia, el club ha superado etapas duras, pero ninguna tanto como la actual, en la que está en juego su propia supervivencia.

Nadie podía imaginarse hace unos meses que el ilusionante proyecto con el que comenzó la temporada iba a convertirse en una pesadilla. El CB Huelva terminó la pasada campaña dejando un excelente sabor de boca, siendo superado por Manresa en la última eliminatoria de ascenso a la Liga ACB. Durante el verano apostó por un plantel de garantías para intentar subir ese peldaño que le faltaba para llegar a la máxima categoría, y así llegaron jugadores de una calidad contrastada hasta configurar la mejor plantilla en toda su historia en la LEB.

Tras un periodo de adaptación los resultados fueron acompañando al equipo, que se fue asentando en los puestos de honor de la tabla, pero al mismo tiempo 'crecieron' los problemas económicos, engendrándose poco a poco un 'monstruo' que lo ha ido devorando todo.

El club confeccionó este año el 2º mayor presupuesto de su historia, de 1,5 millones (sólo superado por el de ACB) con dos soportes: el Ayuntamiento y Cajasol. El Consistorio aprobó en pleno una subvención para el club de 450.000 euros, y Cajasol aportaría 275.000 euros para la cantera a través de su Fundación (ya firmado), y un segundo convenio de publicidad por valor de 180.000 euros (pendiente). Esa era la base económica de club, ya que la aportación de otros conceptos es escasa (pequeños patrocinadores, taquillas, socios, etc).

De todo ese dinero prometido por Ayuntamiento y Cajasol (que se haría en principio en cuatro pagos trimestrales) el club aseguró la pasada semana que sólo ha recibido 67.000 euros, por lo que la situación es insostenible. En el club están hartos de promesas que llegan tarde, y en este caso, demasiado tarde. Los retrasos se fueron acumulando en las nóminas de jugadores y empleados del club, y en los últimos días la situación ha terminado de explotar.

A principios de Liga abandonó el club Damon Johnson, ante la lesión de Onyekwe sólo se pudo traer para un mes a Romero Travis y ante los reiterados impagos, en los últimos días han sido Ross Schraeder, Chris Hernández y Oriol Junyent los que han decidido buscarse la vida en otros equipos. Su marcha supone la defunción de un proyecto que había generado una gran ilusión y que ha quedado en nada.

A día de hoy lo cierto es que una plantilla que inició la temporada con 11 efectivos se ha quedado en sólo 7 (Morón, Eric Sánchez, Van Lacke, Ermolinski, Drame, Silinskis y el lesionado Onyekwe) ante las bajas de Johnson, Schraeder, Chris Hernández y Junyent.

En lo deportivo la situación ha dado un giro de 180 grados, y la directiva, para evitar la retirada del equipo y las consecuencias negativas que ello tendría, busca refuerzos para terminar la temporada lo más dignamente posible, con el claro objetivo de salvar la categoría.

En lo institucional, Francisco Bayo agotará su mandato (presentó la dimisión a finales del año pasado, y tras no presentarse ningún candidato al cargo, tuvo que coger de nuevo las riendas del club) y luego se irá, dejando las importantes decisiones que habrá que tomar en manos de los rectores que lleguen.

Y es que todo estará en función del dinero que haya. Habrá que ver cuánto dinero ha entrado en el club antes del verano de lo prometido por el Ayuntamiento y Cajasol, cuál es la deuda real del club (un 'misterio' que nadie quiere aclarar), si hay presupuesto para hacer un equipo modesto en LEB Oro, o bien vender o permutar la plaza con equipos de inferior categoría.

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