Balonmano l Primera División Nacional

Lágrimas de alegría en Moguer por la clasificación

  • El PAN jugará la fase de ascenso tras imponerse al CajaSur cordobés

Lágrimas de alegría en Moguer tras la clasificación del Club Balonmano Pedro Alonso Niño, que jugará la fase de ascenso a la División de Honor B. El conjunto amarillo derrotó ayer (24-23) al CajaSur Córdoba 2016 en un abarrotado pabellón Zenobia, en un partido en el que los de Fernando Castelló no estuvieron ni una sola vez por debajo en el marcador.

El cuadro moguereño estuvo a la altura de la trascendencia histórica que tenía este encuentro para el PAN y para Moguer. Por primera vez en sus cerca de cuatro décadas de vida, el club jugará una fase de ascenso a la División de Honor B.

El CajaSur demostró que es un rival fuerte y duro que, con continuidad en el proyecto, está también llamado a conseguir grandes logros. Y un equipo, además, con 14 jugadores al cien por cien para afrontar el reto. Justo al contrario que el PAN, al que las lesiones le han ido minando el vestuario. Cualquier equipo hubiese sufrido estas circunstancias hasta el punto de no poder pensar siquiera en mantenerse líder a estas alturas de competición. Pero el trabajo del fisioterapeuta Agustín y del médico del club 'Jumi' han hecho posible que el equipo no haya tenido aún más bajas de las que tiene.

Castelló sólo contaba ayer con 10 jugadores de la primera plantilla, el jugador del provincial Dani Domínguez y Sergio Cruzado lesionado. El joven lateral no disputó ni un minuto en el primer acto, aunque en el segundo tiempo el entrenador contó bastante con él.

De entrada, los visitantes sufrieron una verdadera avalancha amarilla en los primeros compases de partido, lo que supuso que los de Castelló tomaran tierra de por medio y llegaran a romper el partido en el minuto 15 (8-2). En el minuto 20 aún se mantenían los 6 goles de ventaja (10-4). La intensidad defensiva que impusieron los locales fue tal que hasta el minuto 19 de partido los cordobeses no lograron su tercer gol.

Ni siquiera la primera exclusión del PAN pudo ser aprovechada por su rival para acortar diferencias. No fue así en la segunda, a la que los hombres de Antonio Reyes sacaron partido con un 0-2 de parcial, lo que fue el inicio de una recuperación que, sin embargo, no pudo alcanzar al PAN en el marcador. Así, se llegaba al descanso por 11-9 que costó mucho esfuerzo conseguir al CajaSur.

Mátyás Kovácsovics estuvo inmenso y no acertaba a encajar gol alguno; todo le golpeaba en los pies, en los brazos, en el pecho… Llegó a parar dos lanzamientos de 7 metros. Al tiempo, Alejandro Magno asió la bandera amarilla y azul de su pueblo y desquició a la defensa rojilla a base de goles que hacían vibrar a un pabellón Zenobia que en el día de ayer presentaba un colorido digno de las grandes ocasiones.

En los encuentros como éste, hay hombres que llegan más allá de las estrategias, las tácticas, la técnica o la calidad, y tiran de experiencia para demostrar una vez más que son imprescindibles. El partido de Emilio León fue memorable: atacando (5 goles), defendiendo, dirigiendo, desarbolando la concentración de los jugadores rivales…

A todo esto, el cuadro cordobés no era moco de pavo. Más aún, si cabe, el valor de la victoria del PAN. Porque los pupilos de Antonio Reyes venían dispuestos a agotar las pocas posibilidades reales que le quedaban para poder meterse en las dos primeras plazas, toda vez que el sábado sus vecinos de Puente Genil vencieron en casa a Balonmano Telde (29-21) y se aseguraban así una de esas dos plazas que dan derecho a jugar la fase de ascenso.

Así pues, Moguer mete a 'equipo y medio' en dicha fase, pues en el Ángel Ximénez militan tres moguereños de cuna: Javier Ollero y los hermanos Molina.

La remontada cordobesa dejó aparcada la euforia local al finalizar los 30 primeros minutos (11-9). La diferencia de dos goles devolvía a los de Moguer a una realidad que había comenzado siendo demasiado fácil.

Todo el segundo tiempo fue un constante intercambio de golpes, siempre con el PAN por delante dos ó tres goles (hasta cuatro en una ocasión). Pero los de Antonio Reyes no consintieron regalar el partido y consiguieron empatar a 1 minuto del final (29-29). A pesar de la cercanía, cada vez más peligrosa, del equipo visitante en el marcador, la grada siguió animando como si se ganara por ocho.

Fue entonces cuando Mátyás comenzó a perder la eficacia del primer tiempo, y Castelló decidió dar salida a Joaqui, que jugó el último tramo de encuentro. En el momento justo, en el instante preciso, porque cuando mejores porcentajes de tiro estaban consiguiendo los de Córdoba, el portero de Moguer hizo dos paradas claves para el resultado final.

Los cordobeses tuvieron la última posesión con un minuto por delante, pero en la defensa amarilla no sólo había 7 jugadores, sino todo un pueblo que se desgañitaba y defendía la portería de Joaqui con más intensidad que sus seis compañeros.

A falta de un segundo, lanzamiento de 9 metros para Santiago González. El balón se fue a la red. A la de protección que hay ocupando toda la pared del fondo. No llegó el empate y toda una marea humana que había estado ocupando las gradas se derrumbó hacia la pista para abrazar a sus héroes y compartir una victoria que ayer no se podía escapar del Zenobia.

Por cierto, gran comportamiento en la grada de ambas aficiones. La local acabó en demencia con el pitido final y la visitante aplaudió a los suyos tras el partido por la gran temporada que les han brindado.

Mientras, directivos, cuerpo técnico, jugadores y aficionados del PAN se abrazaban entre lágrimas de alegría.

Ahora, al equipo moguereño sólo le queda rematar la faena en casa del colista Balonmano Roldán y no tener que depender de lo que haga Ángel Ximénez en Córdoba para acabar como líder de su grupo.

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