El mejor lugar para volver a empezar

Güiza y Cesc siguen con atención el esférico en una ocasión de gol generada en el España-Perú.
Güiza y Cesc siguen con atención el esférico en una ocasión de gol generada en el España-Perú.
A. Díaz Huelva

15 de noviembre 2014 - 05:02

La historia de amor de la selección española y Huelva es como los romances de verano, que son cortos, pero intensos. Sólo en dos ocasiones ha acudido España a territorio onubense antes del encuentro que disputará esta noche ante Bielorrusia, pero en ellos Huelva ha conseguido mantener intacta su condición de talismán. Es más, se puede decir que en el Nuevo Colombino se plantaron las semillas de la mejor selección nacional de la historia, esa cuyo destino pudo haberse empezado a escribir con letras de oro mucho antes si no es por la mano sospechosa de Al Ghandour.

Merecía el Nuevo Colombino un bautizo a su altura. La altura de un nuevo escenario, moderno y vanguardista. El recreativismo había tenido que renunciar al olor a fútbol que desprendían las calles de Isla Chica para moverse al extrarradio y la llegada de la selección era el mejor acontecimiento posible para que Huelva acudiera en masa a su nuevo coliseo. Un lleno hasta la bandera ante una selección menor, la de México, a medio camino del colorido de las camisetas de Jorge Campos y de la generación estrella, esa que ahora componen jugadores como Vela, Giovani dos Santos, Chicharito Hernández o Héctor Herrera.

Las estrellas del fútbol nacional se vistieron de corto para satisfacer a una afición que no tardaría mucho en volver a disfrutarlos en Primera División, pero que en ese justo instante parecía vivir el momento como si fuera el último. Jugadores legendarios como Casillas, Puyol, Fernando Hierro, Guardiola o Raúl fueron los encargados de certificar el primer triunfo patrio a la orilla del Odiel.

Un solitario tanto de Raúl a la salida de un córner que fue peinado en el primer palo por Morientes a falta de un cuarto de hora para la conclusión fue suficiente para acabar con el combinado centroamericano. Quedó bendecido el Nuevo Colombino, donde meses después ascendería el Recreativo de Lucas Alcaraz por segunda vez en la historia del club más antiguo del país, pero también se marchó España de Huelva con una sensación diferente a la de precedentes citas internacionales.

La España de Camacho hizo un Mundial para el recuerdo, donde se ganó a pulso el cartel de favorita a las rondas finales. Sin embargo, la actuación del trencilla Al Ghandour no dejó que empezara la época gloriosa de La Roja, pero sí recalcó los valores de casta y coraje en imágenes como la de Iván Helguera persiguiendo al colegiado.

Hubo que esperar casi siete años para volver a ver al equipo español en el Nuevo Colombino. En esta ocasión Huelva acogió el último encuentro preparatorio previo a la Eurocopa de Austria y Suiza de 2008. Las sensaciones no fueron especialmente buenas porque otra selección menor, esta vez la de Perú, estuvo todo el encuentro riñiéndole el partido a la selección de Luis Aragonés.

Un tanto de Capdevila a escasos segundos del final fue suficiente para que los más de 17.000 seguidores de la selección que se congregaron en el Nuevo Colombino estallaran de júbilo. Fue el último encuentro amistoso de la mejor selección nacional de la historia. Antes de que Capdevila se disfrazara de héroe, Villa había puesto en franquicia a España en el eléctronico y Rengifo puso en el alambre la fe de un país que seguía creyendo en la maldición de los cuartos de final.

El resto de la historia del cuadro nacional se escribe con letras de oro, a pesar del borrón del pasado Mundial de Brasil. En la Eurocopa de 2008 España caminó con seguridad y por sorpresa hasta colarse en la final, donde esperaba la favorita Alemania. El gol de Fernando Torres iniciaba el camino del éxito a una selección en la que continuaban Casillas o Puyol, pero a la que se habían incorporados esos 'locos bajitos' que hicieron de España la envidia del mundo. El fútbol de Iniesta, Xavi, Silva, Villa o Cazorla, -que volvía al Nuevo Colombino que también a él bendijo- se unió a la solvencia defensiva de hombres como Sergio Ramos o Piqué. El cocktail fue una mezcla explosiva y tan conocida en el planeta que sirvió para que el palmarés de España aumentase en tres títulos, la Eurocopa de 2008, el Mundial de Sudáfrica de 2010 y la Eurocopa de 2012 de Polonia y Ucrania.

Ocho años de supremacía mundial y que parecían no tener fin hasta que España viajó a Brasil el pasado verano. Ahora, en plena regeneración, aparecen en Huelva jugadores llamados a escribir más páginas triunfales para la selección. Llegaron al primer nivel futbolistas que ya marcaban el ritmo en categorías inferiores como Alcacer, Morata o Callejón. También con Nolito, invitado de excepción de una selección que no renuncia a su estilo, pero que necesita otro baño de fortuna.

El tercer encuentro en Huelva también será histórico, quizás más que los otros dos, porque será la primera vez que la selección española dispute un partido oficial en la cuna del fútbol. El rival, Bielorrusia, invita a pensar que la fiesta será completa y que España conseguirá tres puntos que le acercarán a su objetivo de defender el trono en Europa. España necesita ganar para estar en Francia en el verano de 2016 y parece que no hay un sitio mejor para volver a empezar que Huelva, donde hace ocho años la España de Luis Aragonés inició un caminar que ningún español olvidará nunca.

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