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Melbourne exige a Tomic

  • Algunos compatriotas le reclaman más intensidad, que no sólo gane partidos, sino también torneos, y que sorprenda a Nadal en primera ronda

Fulminado por Juan Martín del Potro en la final de Sidney y con Rafael Nadal como rival en la primera ronda de Australia, los aussies están comenzando a perder la paciencia con Bernard Tomic, su gran promesa del tenis. "Hubo situaciones en las que parecía casi dormido en la cancha (y en las que casi me durmió también a mí)", escribió el australiano Mark Philippoussis en una columna para el Herald Sun, en la que le pide a su compatriota que dé la gran sorpresa y elimine al balear.

"Con 21 años y casi seis en el circuito es tiempo ya de empezar a ganar. Y no sólo partidos, sino torneos también", añadió Philippoussis, que llegó a ser número 8 del mundo, dos veces campeón de la Copa Davis y dos veces finalista de Grand Slams.

Amante de los coches veloces, las mujeres y la diversión sin límites, Tomic es bastante más extremo de lo que lo era Philippoussis en la década de los 90, cuando el tenis admiraba su devastador servicio y sus golpes planos y se preguntaba por qué no llegaba más lejos como jugador. Philippoussis da a entender que su caso no es el de Tomic, hasta ahora más bad boy que tenista: "Sin duda me divertía cuando no jugaba, pero amaba al tenis y trabajaba duro", aseguró.

Dueño de un tenis excepcional, un Miroslav Mecir del tercer milenio que acaricia la pelota para situarla en ángulos impensables, a Tomic le falta un servicio acorde con sus 196 centímetros de altura. Tampoco exhibió hasta la fecha el carácter competitivo que históricamente mostraron sus compatriotas. Su currículum es breve: un título en Sidney 2013, una final en el mismo torneo el pasado sábado y el puesto 27 como mejor ubicación en el ranking de la ATP, en el que ahora ocupa el 57º lugar.

Muy poco para asustar a todo un número uno del mundo, aunque Tomic tiene fe y dice que puede vencer a Nadal, que empezó 2014 conquistando el título de Doha. "Todo es posible. Estoy jugando con confianza. Tengo que jugar al tenis que hice en Sidney hasta antes de la final. Si lo hago, tendré una posibilidad. Será uno de esos días en los que tenga que jugar a mi mejor nivel", declaró Tomic.

A diferencia de Sidney, donde su padre pudo observarlo desde la tribuna como un espectador más, en Australia no tendrá a su progenitor cerca: el torneo hará valer la suspensión de un año que le impuso la ATP a John Tomic tras el violento golpe que le propinó a un sparring de su hijo en mayo de 2013 en Madrid.

Lleyton Hewitt, un veterano a punto de cumplir los 33 años, no fue bendecido con el control de bola de Tomic, aunque cuando se retire podrá decir que fue campeón de Wimbledon y número 1 del mundo. Hewitt cree que su compatriota tiene pocas posibilidades de sorprender al campeón de Australia en 2009. "Será duro para él medirse a Nadal al mejor de cinco sets. Eso es lo duro, porque se convierte en una batalla física. Es lo que Rafa le hace a todo el mundo. El dolor que debió superar Novak Djokovic unos años atrás para ganar la final...".

"Si Bernie gana los dos primeros sets entonces le veo posibilidades", añadió Hewitt, que jugará su décimo octavo Abierto de Australia consecutivo, un torneo al que no falta desde 1997, y en el que hará pareja en dobles con Patrick Rafter, otro ex número 1 de la ATP que se retiró hace años y que dirige ahora el equipo australiano de la Copa Davis.

Rafter sí cree en Tomic: "Si mantiene la intensidad será muy difícil de batir. Nadal lo sabe, no está contento con este sorteo. Bernard es un favorito potencial, uno de esos tipos que no te quieres encontrar en el cuadro".

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