Tercera derrota consecutiva que enracha el Campillo ante un Mazagón que se mostró como un equipo muy sólido y que fue superior a lo largo de todo el encuentro, sin tampoco desplegar un fútbol que deslumbre pero sí efectivo porque la ocasiones claras con las que contó las materializó. Andan las huestes campilleras faltas de una victoria que les de confianza para avalar ese buen inicio liguero pero la suerte, hasta el momento, le está siendo esquiva añadiendo a esto que se está enfrentando a equipos con un caché que está por encima de sus posibilidades futbolísticas, para lo que los locales ponen empeño, entrega y ganas. Juan Suárez ha creado un bloque con mucho empaque y jugando un fútbol práctico se está haciendo acreedor de un puesto en la parte alta de la clasificación, a pesar de contar por victoria todos sus partidos disputados como visitante.

La primera mitad se caracterizó por un excesivo centrocampismo que en momentos llegó a aburrir al respetable. Ambos equipos se afanaban por montar contragolpes que terminaban sin fructificar en la meta rival. Ya pasada la media hora de juego, los visitantes pasaron a ser dominadores claros del encuentro y a punto estuvieron de marcharse al descanso con ventaja en el marcador de no ser por dos mano a mano resueltos felizmente por el cancerbero local, Manuel David y por un tanto anulado en el descuento por fuera de juego, protestado por sus jugadores.

La segunda mitad fue otra historia ya que el Mazagón salió más decidido y también aprovechó el repliegue de los campilleros que se agazaparon en su mediocampo dando facilidades a las acciones ofensivas costeras. Cuando se llegaba al 65' se produce un ataque por el vértice izquierdo del área penal local y el balón termina tocando en las manos de un defensor. El trencilla, bien situado, marca el punto fatídico que se encarga de cobrarlo José Mier adelantando a su equipo en el casillero.

La ventaja no sacó del sopor a los locales y esto hacía que el equipo visitante se creciera cada vez más haciendo más latente el dominio. Tan sólo tardó cuatro minutos en afianzar el resultado los de Suárez cuando un despiste defensivo de la zaga local fue aprovechado por José Ángel para fusilar literalmente a Manuel David, que asistió impotente a ver como el esférico besaba las mallas por segunda vez.

Si la cosa no pintaba bien para el bando campillero, el segundo gol en contra convirtió el partido en un querer y no poder por parte de los locales, que en algunos instantes perdían más el tiempo en protestar y discutir jugadas con el colegiado que en intentar enmendar el zozobrante rumbo y sobre todo cuando en el 71' Juanfe de cabeza hacía el tercero y definitivo tanto que dio por zanjado el encuentro. Tanto unos como otros pasaron a dar el beneplácito al resultado registrado y se comenzaron a vivir momentos típicos de rondos de calentamiento, con posesiones un poco excesivas pero sin buscar profundidad alguna.