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Paso al frente de la grada albiazul

  • El Decano es el cuarto equipo con mayor número de abonados a estas alturas · Si se cumplen las previsiones del club, estará entre los siete primeros conjuntos con mayor respaldo social

El Recre no caminará solo. Nunca lo hizo, pero esta temporada mucho menos. Su afición está respondiendo de forma considerable a la llamada del club y será su mejor fichaje de cara a la campaña que dará comienzo el 19 de agosto en Chapín. A día de hoy, el conjunto albiazul es el cuarto de la categoría en número de abonados. Sólo dos recién descendidos del peso del Sporting de Gijón y el Villarreal y el Córdoba (con el recuerdo de su mejor campaña en décadas) están por encima de los onubenses en cantidad de socios.

El Decano tiene a día de hoy unos 7.200 abonados. La campaña pasada su techo estuvo, según cifras oficiales de la propia entidad, en unos 7.300. El primer objetivo de cada temporada, que es superar a la anterior, está prácticamente cumplido. El listón que se marcan en el Nuevo Colombino es prudente. Asumen que un buen Trofeo Colombino y un fichaje relevante para cerrar la plantilla (Uche y su millar de carnets teóricos) daría un espaldarazo definitivo a una campaña que en cualquier caso será positiva. Sin embargo, la cautela se ha instalado en el conjunto albiazul y la meta se ha fijado en los 8.000. Una cantidad razonable teniendo en cuenta lo cerca que está, el ambiente de optimismo que se respira alrededor del club y el tiempo que queda por delante para que los indecisos den el paso al frente.

Prueba de todo ello es que el Recre es junto con los recién ascendidos y con el Córdoba el único club que tiene garantizado incrementar su masa social. El Mirandés confía en llegar a los 5.000 como tope partiendo desde los 3.602 que tuvo la pasada campaña. El Córdoba, que tuvo 8.000, quiere llegar a los 10.000, siendo el más ambicioso de la categoría en porcentaje de aumento. El Guadalajara o el Lugo son más modestos y se conforman con redondear sus cifras en medio millar más. Para otros muchos como el Numancia, la UD Las Palmas o el Xerez ya sería un éxito no perder socios, mientras que los hay que directamente dan por hecho un descenso en el número de abonados como son los recién descendidos o el Murcia, que asume 2.000 carnets menos, o el Elche, que cederá una cantidad similar.

La cifra de abonados no se traduce en presupuesto ni potencial. Contar con una masa social nutrida aporta aliento, seguridad y respaldo pero lamentablemente no es un elemento desequilibrante a la hora de acudir al mercado. Hay clubes que con unos parámetros similares a los recreativistas se benefician de ayudas públicas o de un entorno empresarial más implicado para subir un escalón su poder adquisitivo. El Hércules, el Almería o el Elche lucharán abiertamente por el ascenso con una cifra de seguidores similar e incluso inferior a la recreativista. De los dos conjuntos alicantinos, el franjiverde tiene marcado como objetivo los 10.000 abonados, aunque se encuentran muy lejos de esa cantidad. Para lograrlo incluso devolverán el dinero a sus aficionados si no cumplen su objetivo de estar en la promoción de ascenso. Sus vecinos dan por hecho que estarán por debajo del Recre.

Repoblar las gradas del Nuevo Colombino es un objetivo estratégico de la entidad. Una campaña de abonados agresiva, rebajas importantes y un atractivo proyecto son los tres pilares sobre los que se asienta la misión que se han marcado tanto los rectores en sus despachos como los jugadores y los técnicos sobre el terreno de juego.

La asistencia de aficionados al estadio albiazul durante el pasado ejercicio descendió hasta cifras propias de tiempos de penurias pasadas. Desde el ascenso a Segunda División con Joaquín Caparrós no se había vivido un éxodo de seguidores tan importante como el se experimentó el año pasado. Ni siquiera las medidas como regalar entradas u ofertas de a mitad de precio lograron activar a la masa social dormida. El mal juego y el desencanto por cuanto protagonizó el Recre desenganchó a una parte importante de su gente. Vaciar un estadio es fácil. Una mala temporada aleja al aficionado, pero reengancharlo cuesta mucho más. El Decano está inmerso en esa tarea. Debe ganarse el crédito fuera del campo con estabilidad y paz social y dentro con un producto atractivo que el recreativista quiera adquirir de nuevo.

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