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José Luis Lobato es el otro olímpico onubense. El que debería serlo pero no lo es. Quien acumula méritos sobrados pero no se llevará la gloria de jugar en Pekín. La selección española de voleibol aún no tiene el pasaporte olímpico pero muchos apuestan a que lo conseguirá en unos días en el Torneo Preolímpico de Alemania. Allí no estará el jugador onubense, meritorio campeón de Europa con España e internacional absoluto un buen puñado de ocasiones... Hasta el mes de noviembre pasado.

La salida de Lobato del equipo nacional coincidió con la llegada del argentino Marcelo Méndez al banquillo de la selección. El, además, técnico del Palma no contó ya con el onubense, un fijo en las convocatorias con el anterior seleccionador, el italiano Andrea Anastasi. El mismo con el que fue líbero titular del combinado español, el que se ganó la gloria en Moscú ante la mismísima Rusia.

"No tengo que demostrarle nada al nuevo seleccionador. Ni a él ni a mis ex compañeros". Sus palabras son reposadas, sin resentimiento ni acritud. "Con la conciencia muy tranquila", como repite seguro de sí mismo.

"No tengo ningún problema personal con este seleccionador, simplemente porque no me conoce. Y deportivamente tampoco me conoce porque no ha ido a verme a ningún partido. Estoy tranquilo y, por mi parte, seguiré trabajando para progresar más en mi carrera. Y ahora, mientras, disfrutaré del tiempo que tengo para estar con mi hija", explica.

Lobato no está en la lista de 19 hombres convocados para disputar el Preolímpico de la próxima semana, como tampoco lo ha estado en anteriores compromisos internacionales este año. La lógica, pues, dice que tiene casi imposible ir a Pekín, en caso de que España se clasifique para los Juegos. Él, en cambio, está dispuesto a aportar su juego si se lo piden.

"Si hubiera alguna opción, por supuesto que estoy dispuesto a jugar con la selección", asegura el jugador onubense. "Me pueden cerrar todas las puertas que quieran, pero yo nunca dejo ninguna puerta cerrada", sentencia.

El jugador onubense habla con la cabeza alta, consciente de que no ha obrado mal para que se le vete en la selección. Y, además, con el respaldo de unos resultados muy buenos esta temporada.

Por segunda temporada consecutiva, Lobato se ha proclamado subcampeón de la Liga francesa con el Stade Poitevin Poitiers, tras el Paris Volley. Y tercero en la Copa Challenge tras disputar la Final Four en Polonia, donde fue designado el mejor líbero de la fase final, en la que se dieron cita equipos del nivel del Ekaterinbourg ruso, el Rzeszow polaco y el Módena italiano.

"Es muy satisfactorio que se te reconozca el trabajo, y más en un torneo con el nivel que tenía éste, y en una posición tan compleja y exigente como la de líbero", comenta el onubense.

A pesar de los éxitos en sus dos años en Francia, Lobato ha hecho el petate y aspira a dar un paso más en su carrera, siempre en progresión. "Tengo ansia por seguir mejorando cada año. No por estar en la selección sino por estar satisfecho conmigo mismo y con mi trabajo mientras me dedique a esto". Su deseo para ello apunta a las mejores ligas, Polonia y Rusia. Calidad tiene para ello.