La Semana Santa de Aracena, más allá de sus procesiones, hermandades e imágenes, es grande por la gran cantidad de actos que, unido a la calidad, organiza durante el año en torno al mundo cofrade y, más aún, durante las jornadas previas a su Semana Mayor, en toda esta época de Cuaresma.

La jornada de ayer estuvo repleta de actos cofrades ya que se celebró el culto del quinario en honor a Nuestro Padre Jesús en la parroquia. Tras su terminación comenzó la exaltación y, posteriormente, los 33 Credos en torno al Cautivo de Aracena, expuesto en devoto besapiés durante todo el día en su iglesia del Carmen.

La idea es que quien quisiera disfrutar del quinario, exaltación y 33 Credos pudiera hacerlo, y como así fue en más de un caso, aunque cambiando de iglesia, por cierto muy próximas entre sí.

Por la noche, por lo tanto, se realizó la XVI Exaltación a la Saeta, que organiza la asociación cultural Albuhera en colaboración con la parroquia y el Ayuntamiento de Aracena. Se trata de una cita clásica y esperada en torno a la Semana Santa de la localidad serrana, aunque en las últimas ediciones se celebra cada dos años y no anual, como era en sus orígenes. Según la organización, esto se debe a que cada año hay tantos actos que se da un problema de fechas y no quieren solapar la exaltación con otros cultos y actividades cofrades o culturales que se registran en el municipio.

En esta ocasión, una de las grandes novedades de la exaltación, que se ha celebrado en diferentes lugares y en especial en iglesias del pueblo, es que tuvo lugar anoche en la iglesia de Santa Catalina, siendo nueva sede de este modo para la histórica exaltación.

El protagonista fue Miguel Ordóñez Sancho, curiosamente también saetero, que hizo tanto de exaltador como de cantaor. También le acompañaron como saeteros su hija, María Ordóñez; José Luis Pedraja, quien se estrenó en esta cita, y Margari Muñoz, quien ya es un clásico en este acto. El exaltador fue presentado por el aracenense Miguel Orquín Gómez.

El cartel anunciador de este evento consiste en una bella estampa del propio exaltador en el que se reflejan las manos del Cristo de la Sangre, que procesiona el Jueves Santo, y al fondo Margari Muñoz cantándole una saeta, seguramente en su clásico sitio de la calle Empedrá de Aracena.