El uso de la mascarilla ha alterado por completo nuestras rutinas de belleza. La necesidad de llevar de forma casi permanente este complemento nos ha llevado a muchas a prescindir del maquillaje o a reinventar la forma de aplicárnoslo. Además, llevemos o no maquillaje, ha vuelto a traer a nuestras vidas un fenómeno que ya teníamos prácticamente olvidado desde que dejamos muy atrás la adolescencia: el acné. Pero, a pesar de las limitaciones estéticas de la mascarilla, siempre buscamos la mejor forma de ir protegidas y sentirnos guapas debajo de la mascarilla.

Por eso, muchas no renunciamos al uso de pintalabios, ya sea porque con el paso de los años se ha convertido en nuestra seña de identidad, porque el rojo nos sienta de miedo o porque pintarnos los labios es el mejor remedio a los días más grises. Sea cómo sea, las que seguimos con nuestra rutina labial nos enfrentamos a un pequeño obstáculo que no sabemos cómo solucionar: las manchas de pintalabios en la mascarilla.

Este fenómeno, además de ensuciar nuestra mascarilla, implica que todo el esmero que le hemos puesto a pintarnos los labios no sirve absolutamente para nada porque, una vez que nos quitamos la mascarilla, el pintalabios se ha expandido por toda la cara. La imagen resulta bastante dantesca y nuestra idea de vernos guapas con nuestro pintalabios cae en saco roto.

A estas alturas, muchas firmas han sacado labiales específicos con los que evitar las manchas en la mascarilla, pero si no quieres invertir en ellos y prefieres seguir usando tus pintalabios de siempre, te proponemos unos sencillos trucos para que el rojo de tus labios permanezca en su sitio y no manche tu mascarilla.

Exfolia e hidrata antes de aplicar el pintalabios

La zona de los labios es una de las más sensibles de nuestro cuerpo. El cambio de estación, la diferencia de temperatura, el viento y ahora el uso de la mascarilla influye en que nuestros labios estén más secos e irritados que de costumbre.

Por eso, el primer paso antes de aplicarnos el pintalabios (y aunque no nos vayamos a pintar los labios) es exfoliar e hidratar esa zona para que nuestros labios luzcan sanos y obtengamos mejores resultados a la hora de aplicarnos el producto. En ese sentido, la exfoliación es esencial, ya que elimina células muertas, favoreciendo la hidratación y consiguiendo un aspecto suave. 

Utiliza un perfilador

Imaginamos la cara que estás poniendo al leer esto. Es oír hablar del perfilador y pensar en aquella horrible moda de los noventa que no favorecía a nadie pero que todas llevaban. Pero, tranquila, no nos referimos a aquella tendencia. El perfilador siempre ha sido una herramienta muy útil, a pesar de que ciertas modas hayan ensuciado su buen nombre.

Perfila tus labios y aplica el producto en el interior para fijar el labial.

Su función, además de dar volumen y crear textura en los labios, no es otra que la de delimitar la zona del labio para evitar que el pintalabios se expanda por una zona que no le corresponde. Y funciona. Para potenciar todavía más su función y que el pintalabios no se difumine con la mascarilla, puedes delinear el labio con el perfilador y luego aplicar el propio producto en la zona de labio antes de aplicar el pintalabios. De esta manera fijarás el labial y evitarás las manchas.

Usa mejor un pintalabios mate

La eterna disyuntiva entre aplicar un labial efecto mate o decantarse por un gloss. Esta temporada, y hasta que las mascarillas desaparezcan de nuestras vidas para siempre, vamos a recomendar utilizar labiales con efecto mate, ya que los gloss tienen una mayor tendencia a expandirse por labios y mascarillas.

Las fórmulas que componen los pintalabios mate se adhieren al labio mejor que las barras brillantes y eso es lo que buscamos al ponernos pintalabios y usar mascarilla. Pero debes tener en cuenta una cosa, los labiales mate tienden a resecar los labios, provocando en ocasiones el efecto cuarteado. Aplica un poco de cacao antes de ponerte el pintalabios mate, aunque también hay productos específicos que se usan como hidratantes previos a la aplicación del labial. Aunque actualmente muchas firmas de cosmético han mejorado sus fórmulas mate y ahora también aportan hidratación.

Labial mate y de larga duración de Maybelline.

Aplica polvos para fijar

Es un truco casi de la Prehistoria, pero realmente efectivo. Utilizar los polvos como fijadores es siempre un acierto. Pero debes tener en cuenta varios factores a la hora de aplicarlo. En primer lugar, los polvos deben ser muy ligeros para que no se apelmacen sobre el labio y su efecto sea sutil.

En segundo lugar, debes aplicar una pequeñísima cantidad y hacerlo de un solo golpe. Al depositar las pequeñas partículas de polvo sobre el pintalabios estarás fijando el producto, lo que impedirá que se produzcan las manchas en la mascarilla.

Elimina los excesos con un papel

No es recomendable tocar el pintalabios después de aplicarlo pero a veces hemos aplicado demasiado producto. Ese exceso es el que hace que luego se difumine el labial y que la mascarilla quede completamente manchada.

Por eso, el truco del almendruco (y casi tan antiguo como el de los polvos) es sellar los labios con un pañuelo de papel. Nada de frotar o deslizar sobre los labios. Coloca el papel sobre los labios y con un solo toque elimina los excesos para evitar las manchas en la mascarilla.

Apuesta por labiales de larga duración

Si anteriormente hablábamos de los labiales mate y hacíamos hincapié en evitar los gloss y los acabados brillantes, ahora os invitamos a recurrir a los labiales de larga duración. La idea de utilizar este tipo de pintalabios es que, además de conferir una mayor cobertura y garantizarnos su durabilidad, cuentan con un pigmento que se fija en profundizad, evitando así el deslizamiento del producto y las manchas en la mascrilla.