Hay amistades que duran una vida, a lo largo de los años. También algunas entre personas y sus mascotas, perros o gatos. Más insólito es encontrar casos como el de un submarinista japonés octogenario, que va camino de tres décadas continuadas de relación amistosa con un singular pez al que visita hace años.

La historia de Hiroyuki Arakawa la conocimos en El tierrero. Es la del pez Yoriko, un sheepshead asiático, también conocido como napoleón asiático, bautizado así por el buzo japonés, quien siente que este animal es su amigo desde hace 25 años.

Arakawa se sumergía con frecuencia en un santuario sintoísta que se encuentra bajo el mar en la bahía Tateyama, en Japón. En una de esas expediciones tuvo contacto con un ejemplar de napoleón asiático, hembra, que decidió bautizar como Yoriko. Empezó entonces una hermosa amistad que se ha mantenido a los largo de 25 años.

"Si miras de cerca, desde el frente, parece que tiene un rostro humano" explica Arakawa. Uno de los encuentros se grabó en vídeo y se ha difundido en redes sociales para hacerse viral. "Yo diría que nos entendemos", asegura Arakawa, de 79 años, en declaraciones a Great Bit Story. “No es que podamos hablar entre nosotros, simplemente, sucedió de forma natural. La besé una vez y soy la única persona a la que dejará hacerlo".

¡Y es que pareciera que el pez saluda con un beso a su amigo humano! Estudios de la Universidad de Oxford, de hecho, sostienen que los peces pueden recordar el 86% de un rostro humano.

"Creo que cualquiera puede llamar la atención de un animal alimentándolo, pero tocarlo o interactuar con él es más difícil de lograr", dice Arakawa. "No estoy seguro de si es la naturaleza de los kobudai o no, pero probablemente se deba a que hay un sentido de confianza entre nosotros’"