Sara Montiel y la hipérbole de sí misma, los mundos de 'Súper Sara'

La guionista y escritora Valeria Vegas, participante en tantos programas del corazón tras su biografía sobre La Veneno (Ni puta ni santa) se adentra ahora en la figura de Sara Montiel. Súper Sara se estrena este viernes en la plataforma Max. Vegas ya retrató a Nadiuska y creó Vestidas de azul, ensayo sobre la representación de mujeres trans en el cine español. Con la superestrella manchega como referente de tantas causas, su docuserie cuenta con testimonios, análisis y relato de una figura inolvidable.

–Para usted personalmente ¿quién es Sara Montiel?

–Es una de esas estrellas absolutas que contribuyó a que este país tuviera cierta alegría. Nos trajo fantasía, ilusión. En los años 50 y 60 los españoles no sabrían ubicar Hollywood pero sí sabían cómo era aquel mundo a través de las vivencias de Sara. Fue la portavoz de aquel cine de estrellas, nuestra corresponsal de Hollywood a nivel llano. Sabíamos a través de ella que se podía salir de La Mancha y conquistar el mundo.

–Hollywood estaba entonces muchísimo más lejos.

–Cuando lo hizo Sara todo era mucho más complicado.

–¿Qué mentalidad hay que tener para salir de un pueblo de la posguerra y presentarse enMadrid para ser alguien de las grandes del cine?

–Sara fue muy ambiciosa en el mejor sentido de la palabra. El hecho de ambicionar de querer ser artistas en esos momentos, de vestirte de lentejuelas, en ese país tan pobre. Ella se fue poniendo metas. Una ambición que no se conformaba con lo que le daban. Consideraba que con su belleza no le daban papeles protagónicos, como a Imperio Argentina, Amparo Rivelles, y se marcha a América. Salta a México por ambición y le permitió así llegar más lejos.

–Hubo miles de Saras, con gran talento, que se quedaron en el camino...

–A día de hoy muchos actores se quedan por el camino. Sara quería ser una estrella y lo es cuando regresa a España. Hace entonces El último cuplé, La violetera, marca dos goles seguidos que se convierte en la Pichichi y le permite vivir del mito el resto de su vida. Su ejemplo contribuyó a que muchas artistas en los 70, 80 o 90 quisieran seguir sus pasos. Y Antonio Banderas no consigue llegar a Hollywood hasta 1990. Entre ella y él no hubo ningún español que se instalara así.

–Y hasta que Sara no le puso a sus hijos Thais y Zeus nadie pensaba en nombres así.

–Ella con 50 años, madre tardía, adopta niños y los llama así. Es su fantasía: eran los mundos de Sara. Todo el rato era la hipérbole, la Súper Sara, se reinventaba y cada vez era más grande.

–¿El cine español no trató bien a Sara Montiel?

–En los años 80 hay una renovación en el cine pero tal vez Sara no habría encajado. Ella era estrella, su nombre iba delante por el título. Cuando ella ve el cine de la transición, del destape sabe que no le van a dar ya el papel protagonista. Hizo una retirada a lo Greta Garbo pero nunca nos dejó, con sus discos, sus espectáculos, programas, entrevistas,

–Cuando se le redescubre en sus películas un espectador joven encuentra a una mujer bellísima, por encima del tiempo.

–Es increíble, con unos primeros planos tipo Ava Gardner... También era una mujer muy divertida. Tiene muchas aristas.

–Y la media en TVE.

–Que tuviera esa gallardía de pedir que le pusieran la media a la cámara... era su filtro de instagram

–¿Su decadencia en imagen le perjudicó?

–Sí, en esos últimos años no estábamos preparados para comprenderla. La Sara del show-bussiness americano se prestó siempre pero cuando ya superó los sesenta años no se le entendió bien Ella siempre era Súper Sara.