Netflix y el lenguaje del dinero con motivo de su primer 'siglo' en España

Para un estadounidense un siglo de antigüedad es lo que en la Europa romana sería un milenio. Los diez años de Netflix en Hispania adquieren una notoriedad y antigüedad que parece remontarse a la aparición del cine sonoro. Un autohomenaje de fanfarria con eco de Mr. Marshall. O Mr. Dólar. Para animar al alicaído presidente Pedro Sánchez, ejem, encantado con sentirse protagonista en el decenio secular de la plataforma de streaming. Y refrescarse con el anuncio de Ted Sarandos de los 1.000 millones de dólares en producciones audiovisuales españolas... en cuatro años.
La cifra así, exenta, puede sonar sensacional. Se agradece la constancia hispana de Netflix desde el descubrimiento de La casa de papel, pero precisamente el buen momento de las series y docuseries españolas ya era muy anterior a la irrupción de la N roja. La casa de papel nació en Antena 3, como El Ministerio del Tiempo en TVE y La que se avecina, en Telecinco (y antes, la incombustible Aquí no hay quien viva, que tiene ya dos siglos netflixeros de antigüedad y éxito permanente).
Mil millones de dólares es bastante en cuatro años. Aunque RTVE tiene un presupuesto anual que cuadruplica con creces la cifra al año de Netflix. Como el conjunto de las autonómicas. Atresmedia y Mediaset rondan cada una los 500 millones anuales. Todas ellas no solo nos ofrecen un puñado esparcido de producciones sino que nos informan y entretienen a diario, con centenares de horas, miles de trabajadores. Netflix no ha inventado la TV. Ni las series.
También te puede interesar
Lo último