"Aquellos años en los que el Cádiz se salvaba en los últimos minutos nos parecía admirable"
Entrevista a Raúl Ruiz
Movistar + estrena el martes en #Vamos el documental 'Ese Cádiz, oé', análisis de la personalidad del club andaluz a través de sus ex jugadores y aficionados
¿Qué diferencia a Cádiz y al Cádiz del resto de ciudades y clubes en el fútbol español? Desde esa pregunta, atendiendo a tópicos pero también a argumentos más complejos, Raúl Ruiz ha estado durante la última temporada elaborando el documental que se estrena este martes en Movistar +, en #Vamos, a las once de la noche. Ese Cádiz, oé es la primera de las cuatro entregas que analiza de forma sentimental el balón y, sobre todo, lo que hay alrededor de él. El fútbol asturiano, el Valencia y el Osasuna completan esta primera temporada que arranca así en amarillo, el color que apasionó a un compañero de Raúl como Michael Robinson.
–Tras tantos años y desde su posición ¿qué hace al Cádiz diferente en el fútbol?
–Es un equipo que cae bien a casi todo el mundo. Es una gran pregunta. Cádiz y el Cádiz van unidos y hay que escuchar a todos los que nos han respondido, aficionados y jugadores de las épocas que han jalonado una historia singular ¿Cómo un inglés como Michael Robinson podía sentir algo así por un equipo? Arrancamos de ahí. Tirando del hilo he hecho un reportaje que me apetecía mucho. Iba a grabarse ante las perspectivas del ascenso, pero la pandemia lo impidió. Me hubiera gustado hacerlo con Michael en vida.
–¿Y qué lo hace especial?
–Con el grito “ese Cádiz, oé” se dice mucho: es lo que sienten las gradas, extensión de la ciudad.
–El Cádiz de los 70-80 era un equipo ascensor ¿fue en sus gestas de supervivencia donde se terminó de forjar ese carácter?
–Ahí tengo dos puntos de vista. La mía como futbolista, con el Logroñés, que me fascinaba jugar en el Carranza. Y como analista me asombra cómo se salvaba el Cádiz en las últimas jornadas o en aquella liguilla de la muerte que ideó Irigoyen. Aquellos años en los que se salvaba en los últimos minutos para los profesionales del fútbol nos parecía algo absolutamente admirable. Es lo que le pasó a Robinson.
–Y en El día después ustedes lo pasaban en grande...
–Llevar cada semana una cámara al Carranza era llenar seguro la sección Lo que el ojo no ve. Eran noticia incluso con el estadio vacío, como en aquella jornada desahuciados y el público persiguiendo al juez de línea bajo la lluvia. O la pancarta “árbitro, guapetón”, o lo de “hemos venido a emborracharnos...”. Fuimos descubriendo que el Carranza es muy especial.
–El Cádiz ha llegado a sobrevivir estando al filo de la desaparición.
–Ha sabido remontar en las épocas malas gracias a la grada. Desde la llegada de Vizcaíno han cambiado las cosas y es un equipo simpático con el entrenador menos simpático: y hasta eso tiene su gracia. El club ha hecho bien con recuperar su historia, con las puertas a Baena, Mejías. Eso permite que los cadistas tengan presentes de donde vienen.
–¿Qué jugadores históricos intervienen?
–Hemos abordado el documental con tres etapas diferentes, que se mezclan en testimonios. Tenemos la etapa de los primeros ascensos con Baena, Mejías, Juan José, Superpaco. Después la de la permanencia, con Kiko, Arteaga, Linares, y después la época mala, con el portero Armando, Raúl López y eso nos permite llegar a la época moderna. Para mí Álvaro Cervera es fundamental y a mí me hace mucha gracia. Tiene ese toque borde, pero tiene gracia. Reconoce que el único que no tiene gracia es él. Y hablamos de aficionados como Macarty y Manolo Santander con el pasodoble de los Pepperoni, que es el himno cadista.
–¿En otros países, en ligas como la Championship (la segunda inglesa), hay clubes con el carácter del Cádiz?
–En Inglaterra yo lo podría comparar con el Southampton, el West Ham, que han mantenido su espíritu de clase media, orgullosos de lo que son. En Alemania hay un equipo muy popular que es el Unión Berlín, que tiene una idiosincrasia muy chula.
–El pasodoble dice “sin importarles que nunca vayan a ser campeones ¿podría ser el Cádiz campeón de algún título?
–Mantenerse como lo ha hecho esta temporada es ya casi un título. Está en racha para poder construir un sueño mayor y el músculo es la afición. Aguantar a Álvaro Cervera en los malos momentos ha sido clave para el éxito de este últimos año.
–¿Le ha sorprendido, aunque conociera todos, algún entrevistado?
–Yo conozco a todos y le tengo mucho cariño a Pepe Mejías; a Carmelo, que estuvo en Canal +, a Kiko. Pero no conocía personalmente a Mané y me ha encantado su carácter tan divertido.
–Forma parte de aquel Cádiz que tenía cierto espíritu amateuir en plena élite.
–Eso precisamente me cuenta Kiko: el Cádiz era un equipo de Primera con alma de barrio. Con Mané me he reído muchísimo. Y a Mágico no le hemos podido entrevistar porque no pudimos viajar en estos meses. Ha sido difícil grabar cuando todo estaba cerrado. A veces no podíamos ni comer. Fue una odisea. Mágico no lo entrevistamos pero por supuesto, está. Fuimos a Oviedo a hablar con Oli, a Bilbao con Armando...
–¿Se grabó a saltos?
–Fue difícil cuadrar, pedir muchos permisos, con muchos test. Ha sido complicado grabar este trabajo en meses así. He de agradecer mucho al club porque esto es un documental para guardar.
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