Pueblos

El 70% de la población de Níjar depende del sector agrícola

La gricultura en Níjar es el principal motor de su economía y la irrupción de la pandemia le ha afectado de forma acusada. Níjar suma unas 5.850 hectáreas en producción, con un incremento anual que ronda el 3 %, que es un crecimiento equilibrado y sostenible, y la importancia del sectores primordial hasta el punto que el 70 % de la población depende directa o indirectamente de la agricultura.

El consistorio nijareño ha adoptado medidas extraordinarias y urgentes que ayuden a mitigar los efectos negativos que la crisis sanitaria está provocando en la economía local. Así, ha resuelto devolver de oficio el importe por utilización privativa y aprovechamiento especial del dominio público local y de canon concesional por la ocupación del mismo. Será devuelto lo cobrado en concepto de tasas por prestación de servicios y precios públicos ya devengados, y en todos los casos, se hará un reintegro proporcional al periodo de suspensión.

Desde la institución local se han suspendido los plazos tributarios establecidos conforme a lo establecido en el Real Decreto Ley 8/2020, que modifica el periodo de cobranza en periodo voluntario del impuesto de vehículos y aplaza a final de año y principios de 2021, dependiendo de la zona, los recibos del segundo bimestre de agua, alcantarillado o basura. Pese a estas medidas, aquellos que prefieran acogerse al calendario fiscal aprobado en el mes de febrero podrán hacerlo igualmente.

El de la agricultura es un sector que ha sabido adaptarse, incorporando cultivos de última generación, avanzada tecnológicamente, pero sobre todo sigue manteniendo su carácter de explotación de tipo familiar con una media de 3 hectáreas por unidad en las que el agricultor está presente en el proceso de cultivo y trabaja día a día directamente en su tierra.

La aplicación de las nuevas tecnologías a la agricultura permite optimizar y mejorar la producción como la incorporación de calefacción o nuevas infraestructuras, que ofrecen productos de ciclo largo o dos campañas. El tomate, en todas sus variedades, es el producto que más hectáreas se cultivan y las empresas cada vez están apostando por otros productos hortícolas como el pepino, el pimiento y el calabacín que han incrementado las superficies ya que disponemos de agua desalada que nos permite diversificar los cultivos con unos rendimientos óptimos. Otro de los productos como la sandía en primavera, con una producción de calidad en Níjar.

Por cultivos, el tomate y la sandía siguen siendo los que ocupan un mayor porcentaje, compartiendo números, ambos con un 43% de hectáreas dedicadas a esta producción. Así, en los últimos años ha tomado fuerza el cultivo de calabacín que supone el 35%. La diversificación de la producción gracias a la mejora de la calidad del agua ha hecho que en los últimos años vaya tomando fuerza algunos cultivos como el pepino y pimiento con un 8% de hectáreas y en menor medida la berenjena o el melón.

El agua, un bien escaso, pero sobre todo en Níjar es, además, un bien caro, el precio del agua hace que los agricultores tengan que afrontar un sobrecoste. “La llegada del agua desalada dio un respiro a la agricultura, permitió diversificar la producción, pero el precio no es precisamente barato. Desde el gobierno municipal, seguimos promoviendo iniciativas para que esto cambie y baje el precio de un elemento esencial en la producción” comenta Manuel Moreno Bonilla, concejal de Agricultura del Ayuntamiento de Níjar.

“Es necesario que se aumente el aporte de agua desalada de Carboneras lo que con la bajada de precio permitirá el incremento del campo nijareño. Si se consigue disminuir ese sobrecoste para que el agricultor no siga perdiendo rentabilidad, a lo que se sumaría la llegada del tren de alta velocidad, mejorando la comercialización daría un aumento de competitividad a nuestros agricultores y mejorando la rentabilidad que a día de hoy tienen las explotaciones”, valora.

Además de planta de compostaje, uno de los elementos diferenciadores de la agricultura ecológica local es que sus agricultores hacen compostaje con sus propios residuos para incorporarlos al suelo. El aumento de la producción ecológica, la fiabilidad de lo que se ofrece a los mercados, hacen que el “campo nijareño es un ejemplo agrícola para el resto de Europa. El 40 % de nuestra producción es ecológica, convirtiendo a Níjar en una de las zonas punteras en este tipo de cultivo. Nuestro campo innova, se adapta y avanza. Los mercados son cada vez más exigentes, pero Níjar no tiene problemas para cubrir esas exigencias”,

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