Tarifa, una brisa de felicidad

Tarifa

Con 40 kilómetros de costa, Tarifa es un paraíso para los deportes de deslizamiento y disfrutar de sus aguas cristalinas los 365 días del año

Tarifa es sinónimo de playas de finas arenas.
Tarifa es sinónimo de playas de finas arenas.

Tarifa con 40 kilómetros de costa es un paraíso para los deportes de deslizamiento pero acoge también extensiones de playas de finas arenas, amoldadas al disfrute del visitante los 365 días del año.

El perfil más abrupto de la costa este, con acantilados y desniveles abiertos al Estrecho de Gibraltar contrasta con la llanura de kilómetros de playa urbana conocida como Los Lances. Una diversidad fomentada por la confluencia del Mediterráneo y el Atlántico que se remata en el extremo más occidental con escenas singulares como las del pastero vacuno en las playas de Bolonia. Todo eso y más tiene cabida en un litoral recorrido y flanqueado por los parques naturales del Estrecho y Los Alcornocales. El visitante por complejo que sea, puede encontrar aquí su destino de sol, luz y playas, tres pilares que se trasforman con el paso de las estaciones pero que nunca abandonan al turista.

Si comenzamos el recorrido por Bolonia, extensiones de dunas naturales, de fina arena y agua transparente conviven con el perfil de las ruinas romanas de la antigua Baelo Claudia para deparar el visitante experiencias y estampas memorables.

Punta Paloma es también remanso de calma en el que adentrarse y disfrutar del entorno más natural y auténtico.

Valdevaqueros nos depara la imagen más internacional de Tarifa, con playas activas donde las variantes del kiteboarding y el windsurf marcan el espectáculo de velas y cometas sobrevolando el horizonte.

En Los Lances la consigna es el espacio. Kilómetros de llanura de fina arena se suceden, flanqueados por pinares y vegetación adaptada al litoral como el barrón, enebro o la camarina hasta alcanzar el perfil urbano de Tarifa. Es la playa a la que asoman diseminados, espacios reservados como el Paraje Natural de Los Lances y el propio núcleo urbano. Una extensión de arena ancha que invita a contemplar sus contrastes, azotada por levante y poniente. Un balcón privilegiado para asomarse a los movimientos cíclicos de miles de aves migratorias que tienen en el Estrecho paso obligado. O simplemente para contemplar el milagro de lo básico y único: las puestas de sol que deparan espectáculo natural y diferente cada día.

Su litoral está flanqueado por los parques naturales del Estrecho y Los Alcornocales

Enmarcado entre la Isla de Tarifa, reserva del Parque Natural del Estrecho, y el puerto local hay también un espacio privilegiado que generaciones de tarifeños han dado en denominar como playa Chica. La transparencia y tonalidad de sus aguas mediterráneas invitan a disfrutar de un rincón urbano en el que cohabitan los primeros baños de familias, natación en distancias abiertas para los deportistas más aguerridos o inmersiones de buceo en las cercanías de la Isla. De nuevo, contrastes y variedad en un litoral tarifeño que se define por la diversidad de experiencias.

Puerto de tradición marinera, con flota artesanal ligada a la pesca de bajura, Tarifa y sus gentes saben de la riqueza marina del entorno, y han sabido adaptarse y responder a los desafíos que exigen su respeto y conservación. El visitante encontrará aquí opciones para disfrutar del medio marino a bordo de embarcaciones que permiten el avistamiento de variedad de cetáceos en libertad. No puede perderse tampoco su arraigo pesquero con flota especializada en la captura del atún rojo salvaje. Ya sea capturado con la técnica de la milenaria almadraba o con la caña y cebo vivo artesanales de la flota de bajura, es otro sello identificador de esta costa y sus recursos.

Cuenta con una gran oferta gastronómica en los distintos chiringuitos de sus playas

Tarifa se abre históricamente al mar y a sus playas con la convicción de que todos los caminos tienen aquí un destino excepcional. Desde la práctica de deportes en condiciones extremas de viento, ya sea poniente o levante, hasta el disfrute de la biodiversidad marina que acogen los fondos de la Isla de las Palomas pasando por el placer de degustar la oferta gastronómica de los distintos chiringuitos anclados en la zona de playas. Todo es posible en una Tarifa que responde a las expectativas de quienes llegan buscando horizontes marinos.

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