En conmemoración al voto hecho tras el Terremoto de Lisboa en 1755, Villarrasa celebra cada 18 de diciembre, con devoción y alegría, su tradicional festividad dedicada a Nuestra Señora de los Remedios Coronada Una jornada marcada por la procesión, la tradicional Puja a beneficio de la Virgen, y la convivencia entre visitantes y vecinos.

La Virgen de los Remedios, en su salida procesional.

En las entrañas del condado onubense, entre fértiles tierras y casas encaladas, emerge Villarrasa como un remanso de devoción y tradición. La festividad en honor a Nuestra Señora de los Remedios Coronada se erige como un faro de gratitud desde aquel voto perpetuo formulado tras el devastador Terremoto de Lisboa y la decisión de los cabildos civiles y eclesiásticos, que se unieron para rendir agradecimiento a la patrona.

Actualmente, más de 250 años después, el pueblo se une en una jornada única, marcada por la procesión solemne de la Santísima Virgen. Un desfile que recorre las calles de Villarrasa, sumergiendo al pueblo en una atmósfera de fervor y espiritualidad.

Además, ese mismo día, se celebra la tradicional Puja. Tanto visitantes como vecinos participan activamente, pujando con entusiasmo y contribuyendo a la causa benéfica en honor a la Patrona.

El pueblo se une en una jornada única.

Ese día 18 de diciembre el pueblo abre sus puertas a todo aquel que quiera disfrutar y compartir la tradición y devoción de los ciudadanos del pueblo en su día grande.

VILLARRASA

Villarrasa, tierra de encuentro y cruce de caminos, acoge a sus visitantes con extensas plantaciones de trigales, vides y olivares.

Sus bares y mesones destacan por ofrecer la rica gastronomía local, fusionando los frutos de la tierra en platos deliciosos. Las huellas de la historia se entrelazan con la modernidad en este enclave, donde los restos de seis antiguos molinos, como el Molino de Gadea, situado junto a un puente, trasladan directamente a la época medieval. La Iglesia Parroquial San Vicente Mártir, que atesora un ajuar de orfebrería e imaginería de diferentes épocas; la Ermita de las Angustias, declarada bien de interés cultural en 1985; y la Ermita de Nuestra Señora de los Remedios, que, con la imagen de la Patrona, es epicentro de la vida religiosa de la localidad, son lugares que enriquecen el patrimonio de Villarrasa.

Imagen de la patrona.

Otros destinos de interés son la capilla de la Santa Cruz del Campo y la capilla de la Santa Cruz de Arriba.

En cada rincón, la localidad despliega parajes y entornos naturales, senderos y rutas que invitan a explorar su belleza.

Villarrasa se revela como una experiencia insólita para el visitante, un llamado a sumergirse en una celebración que trasciende el tiempo, fusionando devoción, historia y hospitalidad.