Atalaya Mining, operadora de la mina de cobre de Riotinto, mantiene un compromiso con el futuro sostenible, incorporando las últimas innovaciones tecnológicas en el sector, así como los conceptos de seguridad y respeto ambiental propios de la minería del siglo XXI. «La industria minera moderna ha demostrado su resiliencia y capacidad de contribuir en los momentos más difíciles, como la crisis sanitaria que vivimos. Esa capacidad acarrea una gran responsabilidad que no vamos a eludir», explica Alberto Lavandeira, CEO de Atalaya Mining.

Adhesión al Pacto Mundial de la ONU

El compromiso de la empresa es diario: los objetivos del negocio se alinean con una gestión sostenible de sus operaciones desde el aspecto social, ambiental, de seguridad y de gobernanza. Así, Atalaya es la primera minera española en adherirse al Pacto Mundial de la ONU comprometiéndose con los 10 principios rectores del Pacto y los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Atalaya adscribe así sus operaciones a estos principios universales y participa activamente en la construcción de un mundo más responsable y sostenible. «Los Principios y Objetivos del Pacto Mundial son un espejo donde nos miramos, que nos devuelve la imagen de un futuro mejor. Hay que trabajar día a día para que esta visión se convierta en una realidad», añade Lavandeira.

Alberto Lavandeira, CEO Atalaya Mining

Y es que los retos que enfrenta el ser humano, como el cambio climático, la escasez de agua, las desigualdades o el hambre, solo se pueden resolver con una perspectiva global y un desarrollo sostenible: apostando por el progreso social, el equilibrio medioambiental y el crecimiento económico; metas que necesitan la implicación activa de personas, empresas, administraciones y países del mundo.

Se trata pues de realizar una gestión sostenible del proceso de producción del cobre, desde el convencimiento de que aumentar el valor social, ambiental y económico a sus actividades mejora los resultados empresariales; y que esto repercute de manera positiva en el entorno ambiental y en los grupos de interés, incluyendo empleados, accionistas, vecinos, entidades, instituciones... 

Así, Atalaya Mining despliega sus operaciones conforme a un Plan de Sostenibilidad que fortalece la influencia de los criterios sostenibles en la toma de decisiones e impulsa el diálogo con las partes interesadas. El Plan parte de una nueva Política de Sostenibilidad, y ha sido estructurado en seis bloques de trabajo: Buen Gobierno, Personas, Operación Segura, Medio Ambiente y Cambio Climático, Sociedad e Innovación y Tecnología, abarcando así todas las áreas de la actividad.

De entre estas destaca la gestión ambiental: bajo el paraguas de la Autorización Ambiental Unificada favorable para el proyecto obtenida en 2014, Atalaya viene realizando un importante esfuerzo en materia ambiental desde la fase pre-operacional, implantando y ejecutando el Plan de Vigilancia y Control Ambiental como herramienta básica para la ejecución de su política en este terreno, basada en un firme compromiso con el desarrollo sostenible de sus operaciones mineras, teniendo como máxima la prevención ante cualquier impacto sobre el entorno.

Atalaya Mining.

La lucha contra el cambio climático como objetivo estratégico

Atalaya trabaja para reducir su Huella de Carbono, dato que se calcula anualmente cuyo análisis refleja que la operación ha mejorado su eficiencia climática, con emisiones por debajo de la media del sector: la cantidad de gases emitidos por toneladas de cobre producidas ha descendido gracias a la optimización de los procesos con inversiones en equipos más modernos y eficientes. La empresa mantiene además nuevos objetivos de mejora, alineándose con la estrategia europea para una industria climáticamente neutra.

Así, Atalaya seguirá incorporando medidas en materia climática, como la nueva planta fotovoltaica de autoconsumo que va a suministrar energía limpia a la explotación minera y su proceso de transformación. Con una potencia instalada de 50 megavatios y unas 60 hectáreas, será una de las mayores instalaciones de autoconsumo industrial de España y la primera en una mina.

Una inversión que supera los 30 millones de Euros y que reafirma el compromiso de la empresa con la innovación, la sostenibilidad y la energía verde, ya que ofrece una reducción anual de más de 40.000 t de emisiones indirectas de CO2, equivalentes al consumo de 173.000 barriles de petróleo. Hay que tener en cuenta que el consumo eléctrico representa el 60% de la huella de carbono de la operación minera.

1. Más eficientes en el consumo de agua

El consumo de Agua es un vector clave de Sostenibilidad, y Atalaya trabaja para garantizar el uso eficiente de este recurso natural. Partiendo del cálculo de la Huella Hídrica de la mina y su proceso industrial, la empresa mantiene un Plan de Mejora continua para encontrar eficiencias en su proceso, optimizando el consumo, minimizando el volumen de agua a gestionar, y reciclando el 100% de las aguas recogidas.

También se cuida la calidad; los hitos marcados por la Autorización Ambiental del proyecto para la recuperación progresiva de los indicadores ambientales no sólo se están cumpliendo, sino que están adelantando plazos; también en cuanto a la calidad de las aguas y la remediación de los drenajes provenientes de la minería histórica, que afectan a las cuencas de los ríos Tinto y Odiel. Ello gracias a las soluciones técnicas de Atalaya, incluyendo la monitorización constante de la calidad de las aguas en múltiples puntos, las actuaciones de ordenación hídrica, la reutilización de aguas y la restauración.

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2. I+D+i para la excelencia ambiental

La industria minera es altamente intensiva en conocimiento, y busca permanentemente soluciones innovadoras para mejorar sus prestaciones. Atalaya mantiene una actividad permanente de Investigación y Desarrollo con universidades y centros de conocimiento, de particularmente en el plano ambiental.

En este ámbito existen acuerdos de colaboración con las Universidades de Huelva (Calidad y Tratamiento de Aguas), Sevilla (Huella de Carbono), Complutense de Madrid (Diseño y Restauración Geomorfológica) y CSIC (Seguridad de Presas). Entre ellas, destaca la colaboración con la Unidad Asociada al CSIC-UHU “Contaminación Atmosférica” del Centro de Investigación en Química Sostenible, en una innovación “made in Huelva” para neutralizar el potencial impacto de la actividad en la atmósfera de su entorno, mediante el control de las emisiones difusas y de la calidad del aire. El sistema está basado en una red de sensores fijos con tecnología AirVisual y móviles con AirCasting, que miden en continuo la concentración de partículas, permitiendo tomar medidas para mitigar cualquier fuente imprevista de emisiones, evitando así afectar a la calidad del aire.

3. Cuidando la naturaleza con la que compartimos el espacio

Atalaya Mining

Las operaciones mineras comparten el espacio con especies animales y vegetales. Algunas de ellas son de gran interés, por gozar de una especial protección, requiriendo un manejo que asegure su preservación y puesta en valor. En Riotinto, Atalaya cuida las poblaciones de Erica Andevalensis, o brezo de mina, una especie arbustiva que habita en las comarcas mineras de la provincia de Huelva gracias a su capacidad de adaptación a estos terrenos. Las actuaciones comienzan con la traslocación de las poblaciones afectadas por las labores, y la reproducción abundante y estable a partir de semillas recolectadas, para finalmente proceder a su siembra. Atalaya también cuida de las poblaciones de Quirópteros que habitan la mina, particularmente en los antiguos túneles. Los murciélagos, como especies protegidas, son objeto de medidas de conservación, incluyendo el censo y seguimiento de las poblaciones, el acondicionamiento de sus refugios, y la creación de nuevos refugios artificiales.

4. Un impulso social para la comarca

Atalaya apuesta por potenciar el impacto social positivo en su entorno más cercano, y por ejemplo favorece la contratación local, tanto de personas como de empresas. La Responsabilidad Social de la empresa se extiende a toda la Cuenca Minera, a través de la Fundación Atalaya Riotinto. La entidad invierte 600.000 euros anuales a través de colaboraciones con entidades sin ánimo de lucro con presencia activa en la zona, como Cáritas, AFA-El Campillo, Unidos por el Alto, Asociación Matilde o Asociación ATHENEA. Y también con acuerdos con todos los Ayuntamientos de la comarca para iniciativas en el ámbito educativo, el desarrollo local y las infraestructuras, la cultura y tradiciones, el deporte, y un largo etcétera. Sin olvidar las iniciativas propias, como el curso de operador minero, totalmente gratis para 20 desempleados de la comarca, el Reto Malacate, para el impulso al tejido empresarial y la cultura emprendedora, o las visitas de escolares a la mina.

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