Celia Rodríguez Mora (24 años) es natural de Villanueva de los Castillejos, un pueblo colindante con Puebla de Guzmán, de donde son su madre y su pareja, y donde ha establecido su residencia habitual gracias a su trabajo en Emerita. Primero en prácticas, desde octubre del año pasado, hasta que en enero le hicieron un contrato laboral.

Dada su formación como química industrial, las funciones que desarrolla en la nave de testificación, situadas en el mismo municipio donde reside con su familia, le resultan “muy interesantes”, por lo que asegura que le encanta su trabajo. En este sentido se muestra convencida de que este proyecto “es una importante oportunidad para que todos los pueblos de la comarca cobren más vida”, lo cual “ya se está notando”.

Por último, afirma que “es muy bueno que prosigan las investigaciones, que los resultados sean buenos, y que se llegue a la fase de explotación de la mina”, lo cual “redundará en la fijación de población en el territorio porque los jóvenes no nos tendremos que marchar fuera a buscarnos la vida”. Y es que según concluye, “hasta ahora las únicas alternativas que ofrecía la zona eran la agricultura o la ganadería”.