La mejora genética, clave para adaptar el arándano a climas cálidos

En las últimas décadas, el cultivo del arándano se ha reafirmado como uno de los sectores frutícolas de mayor expansión y proyección en España y a nivel mundial. Esta evolución no habría sido posible sin la mejora vegetal, un proceso científico y tecnológico que ha permitido adaptar una especie originaria de climas fríos a las condiciones climáticas y edáficas de regiones más cálidas, así como mejorar su calidad y producción.

El arándano es una fruta con un alto valor nutricional, reconocida por su riqueza en antioxidantes, minerales y compuestos beneficiosos para la salud, como las antocianinas, que intervienen en la reducción de radicales libres asociados a enfermedades cardiovasculares, cáncer o el envejecimiento celular. Por ello, ha sido llamada la “fruta del siglo XXI”.

Un cultivo en auge: cifras y territorios

España es el cuarto productor mundial y líder europeo en arándanos, con una producción que supera las 43.000 toneladas anuales, cifra que representa el 41% de la producción total de la Unión Europea. Su cultivo se extiende en más de 3.700 hectáreas, multiplicando por seis la superficie cultivada entre 2012 y 2018. Andalucía, y dentro de ella la provincia de Huelva, se posicionan como la principal zona productora, concentrando el 82% de la superficie y el 97% de la producción nacional. Esta región, que tradicionalmente ha vivido de cultivos como la fresa o la flor cortada, ha encontrado en el arándano una alternativa económica clave que ha revitalizado la agricultura local y contribuido a fijar población en zonas rurales.

España exporta casi la totalidad de su producción de arándanos, principalmente a países europeos como Alemania, Reino Unido y Países Bajos, que juntos absorben el 75% de estas exportaciones. Este mercado en expansión convierte al arándano en un cultivo estratégico para la economía agroalimentaria española.

La mejora vegetal, la base científica de un crecimiento sostenible

El cultivo del arándano en España es relativamente reciente, y su desarrollo está estrechamente ligado a la mejora vegetal. Sin esta innovación genética y técnica, no sería posible la adaptación del arándano a las condiciones particulares del sur de Europa, caracterizadas por temperaturas más elevadas y climas menos fríos que los requeridos por las variedades tradicionales. La mejora vegetal es un proceso que involucra investigación avanzada en genética, biología molecular y tecnologías de cultivo. Gracias a ella, se han desarrollado variedades resistentes a condiciones adversas, con mayor firmeza, mejor sabor y vida postcosecha extendida, facilitando así su comercialización y consumo.

El sector obtentor, compuesto por empresas y centros de investigación dedicados a la mejora genética, ha sido responsable del 100% de la producción de arándanos en España entre 1995 y 2018. En este periodo, la producción acumulada adicional atribuible a estas innovaciones ha alcanzado casi 160.000 toneladas, con un incremento anual promedio de más de 10.800 toneladas gracias a la introducción de nuevas variedades adaptadas y mejoradas. Más allá de los beneficios agronómicos, la mejora vegetal ha tenido un impacto directo en la economía rural y en el empleo. Según el estudio elaborado por la Fundación Institut Cerdà para ANOVE, la actividad ligada al cultivo de arándanos ha generado aproximadamente 1.664 puestos de trabajo anuales equivalentes en España durante el periodo 1995-2018, con una presencia destacada en zonas rurales de Andalucía, Asturias y Cantabria.

ANOVE, impulsando la innovación y el desarrollo agrícola en España

La Asociación Nacional de Obtentores Vegetales (ANOVE) es la organización que representa a más de 60 empresas y centros de investigación dedicados a la mejora vegetal en España. Su misión es fomentar la innovación y el desarrollo de nuevas variedades vegetales que aporten valor añadido a la agricultura y a la sociedad en general. En el sector del arándano, ANOVE ha sido fundamental para impulsar la investigación y la adaptación de variedades capaces de crecer y producir con éxito en climas cálidos, como los del sur de Europa, contribuyendo así a la expansión y consolidación de este cultivo en España. Además, ANOVE coordina y apoya proyectos de I+D+i que buscan mejorar la calidad, la productividad y la sostenibilidad del cultivo del arándano, alineándose con las estrategias europeas de agricultura sostenible y protección del medio ambiente.