Las personas gitanas y las musulmanas son las que menos simpatía despiertan en España

Un barómetro realizado por la Fundación Secretariado Gitano pone de manifiesto la discriminación que sufre esta etnia

Una de cada tres personas gitanas ha sufrido racismo en España en el último año

Interpretación teatral de la obra de Federico García Lorca 'La casa de Bernarda Alba' de la mano de un grupo de mujeres gitanas. / Julio Muñoz (Efe)
Agencias

Madrid, 16 de diciembre 2025 - 12:37

Las personas gitanas y musulmanas son las que menos simpatía despiertan entre los españoles, según el barómetro La mirada social sobre el pueblo gitano en España, publicado este martes por Fundación Secretariado Gitano.

Concretamente, las personas gitanas generan poca o ninguna simpatía al 36,4% de los 1.000 encuestados, sólo por detrás de las personas de religión musulmana, que despiertan esta actitud en el 44,4%.

De hecho, estos dos colectivos son los únicos que presentan un mayor nivel de discriminación percibida que de simpatía por parte de la ciudadanía.

En esta línea, los encuestados consideran que el colectivo gitano es el quinto más discriminado, por detrás de las personas sin hogar, los musulmanes, las personas trans y los inmigrantes.

La posibilidad de contacto con personas gitanas provoca incomodidad en casi todos los ámbitos: que un hijo tenga una pareja gitana sería muy o bastante incómodo para el 29,2%, mientras que tener vecinos gitanos lo sería para el 24%.

Así, el 60,2% de la población declara tener poco o ningún contacto con personas gitanas y sólo cuatro de cada diez afirma tener amistad con alguna, siendo Extremadura y Asturias las comunidades autónomas donde más se percibe su presencia en el entorno cercano, y el entorno vecinal es el espacio más frecuente de contacto.

Realidades y mitos del pueblo gitano

Siete de cada diez personas reconocen tener un conocimiento limitado o nulo sobre la historia y la cultura del pueblo gitano.

La familia y el respeto a los mayores destacan como los valores más vinculados al mismo, seguidos de la alegría de vivir, la solidaridad entre iguales y entender el trabajo como un medio para vivir y no para acumular.

Casi el 70% acierta al considerar que la población gitana vive mayoritariamente en pisos y barrios convencionales, frente a un 24% que piensa que habitan principalmente en chabolas.

En lo relativo al nivel de vida, cuatro de cada diez encuestados piensan que la mayoría de las familias gitanas son pobres, algo que también coincide con la realidad, puesto que cerca del 86% de la población gitana vive por debajo del umbral de pobreza y la tasa de pobreza infantil se eleva hasta el 89%.

Por el contrario, pese a que un 70,7% piensa que la mayoría de las familias gitanas reciben prestaciones como el ingreso mínimo vital, en realidad tan solo dos de cada diez perciben esta ayuda.

Asimismo, existe una percepción exagerada sobre la presencia del comercio ambulante entre la población gitana, algo que consideran el 74% de los encuestados, aunque más de la mitad de las personas gitanas que trabajan lo hacen como asalariadas.

Percepción sobre la educación

Tres de cada cuatro personas creen que la mayoría del alumnado gitano no finaliza la ESO, una percepción que, en este caso, sí se ajusta a la realidad, puesto que el 63% no la ha completado.

Por el contrario, aunque la mitad de la población duda de que todos los niños gitanos estén escolarizados en las etapas obligatorias, los datos reflejan que la tasa de escolarización del alumnado gitano en estos niveles es prácticamente total.

Cuatro de cada diez personas atribuyen el fracaso escolar de la población gitana a las propias familias. Sin embargo, el 20% señala la escasa implicación del sistema educativo para abordar las desigualdades de origen. Un 23,8% señala ambas visiones por igual.

"Se ha constatado que el porcentaje de personas que dicen tener poca o ninguna simpatía hacia las personas gitanas es similar entre las personas encuestadas de izquierdas y las de derechas, lo cual indica que el antigitanismo, o al menos el rechazo o la hostilidad hacia el pueblo gitano, es algo transversal, independiente de la ideología", ha aseverado la Fundación Secretariado Gitano en el informe.

Para la fundación, la falta de contacto influye directamente en el mantenimiento de estereotipos y prejuicios, con todo lo que ello conlleva en cuento al ejercicio y acceso a derechos de las personas gitanas.

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