Ocho de cada diez niños no pueden jugar en espacios abiertos al menos una hora al día

El diseño de las calles, la falta de parques o la contaminación impiden que los menores puedan ejercer su derecho al juego

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Varios niños participan en una carrera de saltos.
Varios niños participan en una carrera de saltos. / M. G.

Ocho de cada diez niños no pueden jugar al menos una hora al día en espacios abiertos, como recomiendan los expertos, porque el diseño de las calles, la falta de parques o la contaminación. Así lo asegura, en el Día Internacional del Juego, la Plataforma de Infancia, que ha lanzado la campaña Jugar a nuestro aire para reivindicar el cumplimiento del derecho al juego, a un medio ambiente saludable y a la salud.

La plataforma recuerda que existe un amplio consenso científico sobre los beneficios y la importancia del derecho al juego, al ocio y al tiempo libre. En concreto, se recomienda a los niños jugar al menos una hora al día en espacios abiertos.

"En España el 82% no lo hace, esta situación se debe a la falta de espacios habilitados para el juego que sean lugares con naturaleza, saludables, seguros y sin contaminación", explica Ricardo Ibarra, director de la Plataforma de Infancia.

Para las entidades de infancia, es necesario poner en marcha políticas "que garanticen el derecho al juego, al medio ambiente y a la salud de las niñas, niños y adolescentes".

Lo recoge el artículo 31 de la Convención sobre los Derechos del Niño y en concreto, la Observación General 17 señala que el descanso y el esparcimiento son tan importantes para su desarrollo como la nutrición, la vivienda, la salud o la educación.

"El juego desarrolla la creatividad, la imaginación y la confianza en uno mismo, así como aptitudes físicas, sociales, cognitivas y emocionales", añade Ibarra.

Sin embargo, las calles no están diseñadas para que los menores puedan jugar. "En las ciudades, el 70% del espacio urbano está destinado al tráfico de coches y el resto a los peatones".

Límites de contaminación sobrepasados

Respecto a la contaminación, en Madrid y Barcelona, el 46% de los centros educativos de infantil y primaria superan los límites de contaminación permitida, según la plataforma, que recuerda que incide en la aparición de enfermedades como asma, dolencias cardiovasculares o infecciones respiratorias.

"Necesitamos transformar las calles, reducir las calzadas de hormigón y aumentar los espacios verdes para que las niñas, niños y adolescentes puedan jugar a su aire cumpliendo con lo establecido en la Observación General 26 de Naciones Unidas sobre los derechos de la infancia y el medio ambiente, con especial atención al cambio climático", concluye Ibarra.

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