"No robó nada, solo mató": declaran culpable al acusado del crimen de Oza
Declaran culpable de asesinato a Alberto Serrano por acabar con la vida de Cristina tras una infidelidad de su marido y la mujer del acusado.
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Los miembros del jurado popular han declarado culpable de asesinato a Alberto Serrano tras dos semanas de juicio en la Audiencia Provincial de A Coruña. En su relato de los hechos, este hombre acudió el 15 de enero de 2021 a la casa de Cristina en Oza-Cesuras y decidió acabar con ella dándole un disparo.
La relación que unía a ambos era de amistad, sin embargo Alberto actuó por venganza al enterarse de que el marido de Cristina estaba teniendo encuentros con su mujer (ambos eran compañeros de trabajo).
El tribunal leyó el pasado miércoles, 22 de noviembre, el veredicto, declarando culpable de asesinato al procesado, que hoy tiene 52 años. La Fiscalía pidió que la jueza le impusiese una pena de 29 años de prisión, mientras que la acusación particular solicita 32. El abogado del acusado anunció que presentará un recurso contra el veredicto.
La versión de Alberto
Alberto Serrano explicó al jurado popular que el día que ocurrieron los hechos él fue a un narcopiso de Meicende y se encontró con su amigo Paolo, un hombre del que no se sabe, si quiera, si existe. Ambos decidieron ir a robar y él propuso la casa de la víctima. Según su relato, al llegar, «ella subió las escaleras y la seguí.
Luego salió por una ventana que daba al tejado, escuché un petardazo y vi a Cistina tumbada», dijo. Añadió que huyó y al salir de la finca cayó. Luego escuchó un silbido. «Me giré y era Paolo. Me arrastró entre los matorrales a una zona de zarzas. Me pidió que me sacara el chaleco y me dijo «toma, aguanta» y me dio el arma y la cogí. Fue la primera vez que vi la pistola», aseguró.
Dado que el acusado no presentó ninguna prueba que pudiera acreditar la veracidad de su relato, el jurado popular no ha creído sus palabras.
El jurado, en el veredicto, motivó la decisión de declararlo culpable en base a que la pistola tenía su ADN, el chaleco que llevaba tenía tanto sus rasgos genéticos como los de la víctima. Por otra parte, los vecinos de la zona no vieron a nadie más que al acusado. Tampoco se encontraron huellas de otra persona. Ni en la casa ni en su coche. Solo vieron unas pisadas en el domicilio coincidentes con la suela de los zapatos del padre de Cristina.
En cuanto al móvil del crimen, la fiscala dijo que hay «uno clarísimo. Fue un «ajuste de cuentas» por motivos laborales cuyo germen es una relación personal entre la mujer del encausado y el marido de la víctima, que ambos reconocieron durante la vista.
Tal y como ha compartido La Voz de Galicia, la representante del Ministerio Público añadió que durante el proceso se ha confirmado que el encausado persiguió a la mujer «y en el momento que le da alcance, en ese mismo lugar, la encañona, la dispara y la mata». «Tengo la convicción plena y no tengo duda alguna de que el acusado mató alevosamente a la víctima», quien sufrió, ha dicho, una «cacería en su propia casa».
La fiscala explicó que el acusado llevaba consigo el arma y dos cargadores con munición abundante, iba preparado para matar». Luego añadió que el acusado «no robó nada en absoluto. Solo mató».
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