Naturaleza

Trucos fáciles para cocinar en el camping

  • La cocina en las acampadas puede convertirse en una pesadilla si no se planifica con antelación.

Cocinar cuando se va de camping será más fácil siguiendo algunos consejos.

Cocinar cuando se va de camping será más fácil siguiendo algunos consejos.

Corren tiempos de viajar tranquilos, lejos del mundanal ruido, que diría Fray Luis. De buscar nuevos destinos y cambiar las tendencias por viejos hábitos. La llegada del coronavirus ha traído consigo la resurrección de la acampada como forma de una hacer turismo alejada de aglomeraciones y con la naturaleza y el aire libre como escudo protector frente a un virus que, por lo que se sabe, hace su trabajo mucho mejor en las grandes ciudades que en el campo.

Ir de camping tiene muchas ventajas, además de la mencionada: aleja del estrés, facilita el contacto directo con la naturaleza, es barato… pero también tiene sus pequeños inconvenientes. El principal: hay que saber ir de camping. Montar una tienda de campaña, saber dormir en saco, conocer los accesorios que se necesitan y, importante, saber cocinar. O más que eso: saber cómo cocinar cuando se está de acampada. No es fácil hacer de chef en plena naturaleza. No se encuentran todos los productos al alcance de la mano, como en casa, no disponemos de los buenos equipos que manejamos en la cocina, ni sus comodidades.

Hacer de comer en nuestras acampadas puede convertirse en una pesadilla si no se sabe gestionar. Para evitarlo, lo primero es planificarse bien. Hacerlo incluso días antes de salir a la aventura. Conocer el menú nos ayudará a saber los ingredientes que necesitaremos y qué cantidades, qué utensilios harán falta, cuáles no e incluso qué tipo de envases necesitaremos.

Por supuesto, hay que saber con qué elementos contamos para cocinar: una sartén, una olla y una barbacoa portátil pueden ser buenas elecciones, siempre según el menú elegido. Otra recomendación habitual es dejar cortada la verdura que vayamos a utilizar. Es mucho más cómodo hacerlo en casa que en el suelo en pleno campo y agilizará el proceso de cocinado.

Para guardar elementos líquidos, como aderezos, aceites o huevos batidos conviene disponer siempre de algunas botellas vacías que podamos reutilizar, y si en el menú está previsto comer carne, no es mala idea congelarla para disponer de las raciones que se necesiten en cada momento sin temor a que se estropee.

Una vez en faena hay que procurar proteger del viento la zona de cocina para que no termine resultando una tarea interminable. Las ollas y sartenes, tapadas siempre que se pueda si no queremos aderezar el caldo con moscas y bichos, y la comida, bien guardada y protegida de animales indiscretos, sean salvajes o domésticos. La vigilancia del fuego, sea en una hoguera o un camping-gas, es obligada para cualquier campista, lo mismo que mantener la zona limpia de restos y suciedad.

En cuanto a la elección de los menús, hay, como en todo, formas más o menos fáciles de comer sin complicarse la vida. La sencillez de las carnes y pescados a la brasa, cuando se pueda, siempre es bienvenida, pero si los ensartamos en pinchos será más fácil cocinarlas. En las acampadas el papel de aluminio es un gran aliado porque permite que dentro se cocine prácticamente de todo sin ponerse perdido y con mucha comodidad: patatas, carne picada, verduras… el papillote es uno de los mejores amigos del campista.

Y si hay que usar una olla o sartén, una recomendación importante es mojarlas con jabón de lavar los platos antes de ponerla en el fuego si no queremos que acaben llenas de hollín.

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