El segundo sábado de mayo, así como el segundo sábado de octubre, se celebra el Día Mundial de las Aves Migratorias para concienciar a la población sobre la conservación de las aves migratorias y sus hábitats, sensibilizar sobre las amenazas a las que se enfrentan las aves migratorias, su importancia ecológica y la necesidad de cooperar para conservarlas.
En el año 2019, la campaña lanzada para este día se centra en la protección de las aves frente a las agresiones que sufren por la presencia de plásticos en sus hábitats. Es decir, hacer frente a la contaminación por plásticos bajo el lema “Protege las aves. Haz algo práctico contra la contaminación por plásticos”.
Hasta el año 2018 existían dos campañas para proteger a las aves migratorias: el Día Internacional de las Aves Migratorias y el Día Mundial de las Aves Migratorias. El primero de ellos estaba dirigido por Environment for the Americas (EFTA), y el segundo por el Acuerdo sobre la conservación de las aves acuáticas migratorias de África y Eurasia (AEWA) y la Convención sobre la Conservación de las Especies Migratorias de Animales Silvestres (CMS). A partir de ese año, se unen las dos para adoptar el único nombre de Día Mundial de las Aves Migratorias.
En cuanto a datos y cifras en este asunto, desde estos organismos se apunta por ejemplo a que el 90 % de las aves marinas del mundo tienen trozos de plástico en sus intestinos; así como que cada año mueren un millón de aves marinas por los efectos de plástico, tendencia que está en aumento. Cifras, cuanto menos, preocupantes.
Por ello, y aprovechando este segundo día anual de las aves migratorias, se organizan multitud de actos en muchos lugares del mundo, animando a la participación de la población así como a su mayor difusión posible. Porque si todos colaboramos, los datos alarmantes de este ámbito mejorarán con creces.
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